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Cascada La Periquera en Villa de Leyva
Cascada La Periquera en Villa de Leyva en el departamento de Boyacá
Jairo Tazarona / RCN Radio

Para los Muiscas este lugar en Villa de Leyva une a Alaska con la Patagonia

A 14 kilómetros de Villa de Leyva,  en la Vereda Llano Blanco, sector el Uvalito, se encuentra el Santuario de las Cascadas de la Periquera, una reserva natural privada que esconde uno de los lugares más maravillosos y relajantes del departamento de Boyacá,  considerado por los antiguos moradores como el centro continental  para descargas las malas energías y sanar la mente y el cuerpo.

Anteriormente, a este lugar lo llamaban las Cascadas de las Guacamayas, seguramente por la cantidad de estas aves que lo poblaban, pero un letrero en el sendero asegura que para los muiscas los indígenas nativos, “significa hijos de los que interpretan los sueños”.  

El aviso agrega que este es un lugar sagrado para todas las culturas indígenas de América, “representa un oído “oreja” que conecta según la cosmovisión indígena con otros lugares sagrados, en el norte con Alaska y al sur con la Patagonia, siendo este lugar el centro energético para descargar toda la condición negativa en busca de sanación, según la cultura ancestral muisca”.

José, el joven administrador de la reserva, nos explica a la entrada, ( que tiene un costo de 25.000 pesos por persona ó 20.000 para grupos de más de diez) que en el sitio hay tres cascadas que se pueden recorrer en cuarenta minutos ida y regreso, en una caminata ecológica contemplativa y  relajante, pero que puede ser también  de “siembra vida, siembra un árbol “,  en la que se le da al visitante una planta para sembrarla cerca a las cascadas.

Lo primero que se percibe al ingresar a la reserva es un exquisito olor a roble,  un árbol autóctono, que se combina con otros aromas de las especies de flora que existen en el bosque, gracias a una temperatura media de 17 grados. Se recomienda ir temprano en la mañana, ya que en la tarde  llueve usualmente.

La mayoría de turistas son de Bogotá y del centro del país, pero llegan muchos extranjeros europeos, brasileños, de Estados Unidos y japoneses, dice José. Además en los alrededores se puede disfrutar de un parque de aventura con deportes extremos y de zonas para camping o de alojamientos en gampling que están de moda en las montañas circundantes.

En el camino, al llegar a la primera cascada, nos espera David uno de los jóvenes guías del parque. Nos dice que se llama el Santuario de las Cascadas de la Periquera porque allí los pericos anidaban entre las piedras.

Nos cuenta que el agua que cae viene del río La Cebada  que nace  en el páramo, arriba de Arcabuco, el pueblo de las mogollas y amasijos que está a 20 minutos.

Más abajo, al terminar el recorrido, encontramos a Yorman Velandia, otro guía que comenzó a  trabajar en el parque desde niño, donde lleva  seis años. Nos explica lo que podemos hacer con los granos de maíz que se entregan al comienzo del recorrido, un ritual  que se hace con esas semilla dice, “que significa abundancia porque de un granito  van a salir cien granos en una mazorca”.   

Yorman dice que los pueblos indígenas cogían en la mano derecha unos granos de maíz y los arrojaban hacia atrás como ofrenda y agradecimiento, pidiendo un deseo, y con la mano izquierda votaban otros granos para sacar las malas energías. Una vez se hace el rito, el oferente se sienta a orillas de la quebrada a meditar, un ejercicio espiritual relajante con nos conecta con el cosmos.

Los  invitamos a escuchar a continuación en el Podcast Croniqueando con Jairo Tarazona,  el episodio de esta semana: La Periquera un santuario sagrado  para  conectarse con el cosmos…

 

Fuente

RCN Radio

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