Mujeres se encadenan a máquinas de las obras de la Ruta del Sol II en Santander
La construcción del proyecto vial genera nuevamente afectaciones entre la población de la zona de influencia.
Ante la afectación en su salud por la contaminación ambiental y los graves daños económicos a causa de la obra inconclusa de la Ruta del Sol II, un grupo de mujeres decidió encadenarse a la maquinaria del consorcio que adelanta la pavimentación.
Según expresó Luz Mary Salazar, presidente de la Junta de Acción Comunal del kilómetro 17, el consorcio Magdalena Congismur es el encargado de la pavimentación, obra que avanza muy lentamente, generando los perjuicios a la población. Asegura que se completaron siete meses del inicio de la obra y es muy poco el progreso de la misma.
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“Es una protesta pacífica, pero ya no aguantamos más. Estamos literalmente pasando hambre porque ese proyecto nos tiene quebrados en lo social, en lo ambiental, lo económico”, afirmó.
En la zona hay unas 30 familias que son las que padecen las dificultades con la pavimentación y quienes esperan algún tipo de respuesta que pueda aliviar la problemática.
La lideresa indicó que las enfermedades entre la comunidad son constantes. Además, señala, han muerto varios animales como gallinas y perros “y hasta el momento nadie ha respondido”.
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La construcción del tramo de la Ruta del Sol II, por el que reclama la comunidad se contrató hace siete meses entre el Invías y el consorcio Magdalena Congismur, que abarca los departamentos de Cundinamarca, Boyacá y Santander, por un costo de $114 millones.
Ese tramo comprende desde Puerto Salgar hasta Puerto Araújo. Hace cuatro meses el contratista se encontró con una dificultad con nacimientos de agua que impidieron continuar en forma normal con el proyecto.
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