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Foto cortesía del Consejo Regional Indígena del Cauca

Tras la firma de los acuerdos de paz entre las antiguas Farc y el Gobierno Nacional, varias organizaciones sociales coinciden en señalar que se han incrementaron los asesinatos de líderes en el departamento del Cauca. La situación más difícil la afrontan las comunidades indígenas, que en una semana vieron caer a siete de sus integrantes a manos de hombres armados. 

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El primer hecho se registró el martes 29 de octubre cuando se reportó la masacre de cinco líderes entre ellos la gobernadora del cabildo de Tacueyó, Cristina Bautista, en hechos registrados en la vereda La Luz, zona rural del municipio de Toribío (norte del Cauca).

De acuerdo a los nativos y a las mismas autoridades ordinarias, disidentes de las Farc fueron los autores de ese ataque que también dejó seis heridos. 

Dos días después se produjo una nueva masacre, en esta oportunidad en el municipio de Corinto, donde cuatro trabajadores de una firma de ingenieros geólogos fueron asesinados.

Tras el nuevo hecho de violencia, el ministro de Defensa, Guillermo Botero, visitó el Cauca y dijo que serían grupos relacionados con el narcotráfico los responsables.

“Vamos a atacar fuertemente la estructura Dagoberto Ramos en la cordillera Central, y de otro lado la Jaime Martínez en la cordillera Occidental”, dijo el ministro en su momento.

Por su parte, el secretario de gobierno de Corinto, Leonardo Rivera, mostró su indignación ya que ninguna autoridad de esa localidad fue invitada al Consejo de Seguridad que se terminó realizando en Miranda.

“Son las incoherencias del Gobierno. No vino a Corinto y tampoco invitaron al alcalde para ser escuchado” aseguró.

Los ataques en territorios indígenas continuaron y en horas de la mañana del sábado 2 de noviembre, se confirmó el asesinato del escolta de la Unidad Nacional de Protección, (UNP), Fabian Rivera, asignado a la protección de un líder indígena.

Hombres armados lo sacaron de su vivienda en Suárez, también al norte del Cauca, y lo asesinaron en el sector de La Betulia, sitio donde se presentó la masacre en la que murió la candidata Karina García.

Ese mismo día en la vereda Loma Linda, zona rural de Toribío, fue asesinado el comunero Alexis Vitonaz, un joven de apenas 18 años quien fue atacado por desconocidos con un arma de fuego.  

La racha violenta continuó y el domingo 3 de noviembre fue asesinado el comunero Jesús Mestizo, también en la vereda Loma Linda de Toribío. El comunero había participado en la pasada minga y se dedicaba a los cultivos de café y plátano.

Alcibíades Escué, alcalde de ese municipio, indicó que cuando estaba cerca de su casa, el comunero fue abordado por hombres armados quienes lo ingresaron a un matorral y lo asesinaron. 

A los graves hechos se sumaron las heridas causadas a dos comuneros en el municipio de Corinto, en un ataque que al parecer estaba dirigido a otro ciudadano, pero que terminó afectando a los nativos, afortunadamente sin consecuencias fatales. 

Tras los ataques a indígenas en solo una semana, el presidente Iván Duque llegó a Popayán y anunció la puesta en marcha de un “Plan de Acción” con inversión, que busca aumentar los beneficiarios en programas ya existentes y acelerar la ejecución de proyectos.

“Desde el 7 de agosto hasta la fecha hay cerca de 160 proyectos aprobados por regalías y he dado instrucciones muy precisas para que una vez surtido el proceso electoral, se pueda agilizar la contratación de esos proyectos para llegar al 90% de los municipios del Cauca”, indicó el mandatario.

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Tras los anuncios del Presidente, los indígenas siguen insistiendo en que como se pactó en el marco de la “Minga del Suroccidente”, el Jefe de Estado se debe reunir con ellos para escucharlos y frenar la racha de violencia que vive el Cauca. De igual manera, ratificaron la movilización el próximo 21 de noviembre, con el apoyo de otros pueblos indígenas del suroccidente del país, con posibilidades de llegar a la ciudad de Popayán.

Fuente

Sistema Integrado de Información

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