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El señor Alex Parra junto a sus hijo sen recuperación en una clínica de la ciudad de Pasto
RCN Radio Pasto

Cuando todo parecía estar perdido Alex Parra recibió la mejor noticia de su vida, después de 34 días perdidos en la selva, sus tres hijos y la madre de ellos fueron encontrados por habitantes y pescadores del Perú con serios problemas de salud.

Todo empezó el pasado 20 de diciembre de 2019 cuando los tres niños en compañía de su mamá visitaron a Alex en su lugar de trabajo, una finca ubicada del otro lado del río Putumayo.

Tras varias horas de visita, el hombre despidió a su familia sin saber que no llegaría a su lugar de destino, pues estaba muy oscuro y entrar a la selva a esa hora dificultó la situación.  

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“Yo el 25 de diciembre subo a mirar mis hijos, cuando me dicen que ellos no habían llegado, entonces ahí es que nos damos cuenta que estaban perdidos y entonces nos ponemos en la búsqueda, pero lamentablemente no logramos encontrarlos”, explica Alex Parra, mientras recuerda que recibió ayuda de vecinos y colonos para recorrer el río y los caminos con motosierra en mano cortando la selva y gritando los nombres de sus pequeños. 

El ritual de búsqueda se repitió todos los días mientras las esperanzas se recortaban porque ya no sabían a donde ir, pero el día que mas triste se encontraba le llevaron la noticia del retorno, el reencuentro que se dio en un buque de la Armada no fue el mejor  pues el estado de desnutrición de sus hijos era abrumador, pero no tanto como para apagar la alegría del reencuentro. 

“El momento fue agradable, pero al mismo tiempo unos se siente afligido por ver como estaban, como se encontraban, era una cosa aterradora cuando los vi, una cosa muy horrible ver a mis hijos así, pero ya estaba contento porque sabía que estaban vivos y se van a recuperar ligero”, dijo el padre. 

Hoy sus hijos están en la ciudad de Pasto atendidos en el Hospital Infantil y la clínica Pabón, en esta última están Gian Carlo de 12 años y Geraldine de 10, mientras Mayra Alejandra esta en la otra institución hospitalaria.

Tanto Gian Carlo como Geraldine avanzan en su recuperación, según el medico especialista en cuidado intensivo pediátrico, Diego Leal.

“Los recibí en un estado de desnutrición severo y con infecciones tropicales severas, logrando en estos días estabilizarlos con un acople nutricional adecuado, en estos momentos ya tenemos los niños caminando, tolerando vía oral y con la infección controlada ye esperamos prontamente darle egreso a su casa”, explicó el especialista médico.

Los menores en medio de su timidez y las barreras causados por el golpe psicológico de su experiencia en la selva, responden con monosílabos y cuando dejan fluir sus palabras lo hacen para recordar el día en que pudieron regresar.

“Noches con frío y otras con calor, hacíamos cambuche con hojas de palma, la comida era cacao y cananguchas (frutos de una palma), el agua que tomábamos era la del río. Uno de los días que estuvimos perdidos un cazador nos vio y nos pago 50 mil pesos para que nos llevaran en un bote hasta un pueblito, una señora nos llevo comida y nos llevó hasta otro pueblo, pero casi no comíamos porque el cuerpo no recibía”, dice Gian Carlo.

Su hermana, Geraldine, la mas pequeña de los tres hijos, también recuerda esos momentos; “comíamos pepas de monte, mi hermana probaba y nosotros comíamos, mi mamá también. Ese día primero mi mamá pensó que había un ‘helicóptero′, pero era un bote y alumbraban con la linterna, estaban pescando y después le pagaron 50 mil pesos a otro señor para que nos llevaran a otro bote”, dice Geraldine. 

Los dos pequeños resaltan a su mamá como 'la valiente líder' que les permitió superar esos días de hambre, sueño, miedo y peligro, en ese mismo sentido habló Alex, que aunque no mantiene una relación con la madre de sus hijos, le reconoce su empuje y su capacidad para superar las dificultades.

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“Ella es, como se dice, es una heroína porque yo me ponía a pensar en las noches, ¿cómo estarán?, ¿qué estarán haciendo?, cómo hará ella para controlar su mente  y la de tres más y decirles que iban a salir a algún lado, es una mujer berraca", dijo Alex.

El camino de la recuperación de los pequeños avanza con el apoyo de la clínica en la que son atendidos y además algunas ayudas económicas de particulares que conocen su historia.

Alex y sus hijos trataran de reunirse nuevamente con la señora María Oliva, quien se mantiene en atención medica en el Putumayo, quizás recompongan su núcleo familiar después de esta amarga experiencia. 

Fuente

Sistema Integrado de Información

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