'Un Presidente nunca había venido a hablar de paz’, las demandas de las regiones al nuevo Gobierno

La inmensidad de las montañas antioqueñas refunde la soledad de los hogares que loma abajo, con un calor puro proveniente de un brazo del Río Cauca que pasa por la zona, gozan de la tranquilidad fugaz que roba la noche oscura.

Las carreteras, olvidadas o llevadas por la fuerza de la naturaleza, se confunden con las horas que pasan lentamente; 10:25am y en sol templado muestra al fondo la magnitud del proyecto hidroeléctrico más ambicioso que ha tenido el país: Hidroituango.

Es el proyecto de generación de energía más grande que se está construyendo en Colombia. Generará 2400 MW de energía con ocho unidades de generación, para mediados de 2023.

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La pequeñez de los vehículos que acompañan la comitiva, se confunden con la oscuridad de los zumbidos de las hélices de los helicópteros que resuenan en el valle de Ituango. “Allí viene el presidente Petro”, dice el jefe de seguridad.

Han pasado casi cinco horas y en la cresta del pueblo, las primeras personas persiguen la fila de novedosos carros de la UNP que llegan, "no es novedad que el Estado llegue aquí, lo novedoso es que un Presidente venga a hablar de paz”, nos dice Stivenson Arenas, el joven líder del sector productivo de la zona.

Las necesidades son tantas, pero las sonrisas de los jóvenes se apretujan en la puerta del coliseo de la Institución Educativa Pedro Nel Ospina para, dentro de unos minutos, recibir la mirada del nuevo mandatario.

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Al fondo los micrófonos listos, resuenan las voces de los congresistas que, en cabeza de Iván Cepeda, han llevado la propuesta de instalar un PMU por la vida. “Estamos aquí para que se me restaure con una vivienda y que sea sostenible por mucho tiempo”, dice a los micrófonos de los periodistas William de Jesús Gutiérrez.

Los últimos helicópteros aterrizan en el solar del coliseo y una voz pausada y con acento paisa, dice a los casi diez periodistas “hemos encontrado un artefacto cerca, lo van a detonar controladamente”.

Las cámaras se alistan, al tiempo que las ‘última hora’ se lanzan para informar que cerca al sitio de llegada del primer presidente de izquierda en Colombia, se detonará un artefacto, hasta hoy, desconocido.

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Y precisamente pareciera esa la mayor preocupación de la población,  la inoportuna sorpresa de un acontecimiento que cambia el rumbo de un día cualquiera.

”Es esto lo que arrebata a los jóvenes,  la poca cobertura educativa se lleva a los jóvenes de las escuelas rurales; carecemos de educadores rurales y los jóvenes se vuelven carne de cañón”, señala el líder social Luis Palacio Palacio.

"En un momento lo vamos a escuchar”, dice Alfonso Prada, ministro del Interior quien ya ha sido informado del artefacto explosivo.

El fragor de la gente anuncia el “atención por favor” que alerta de la llegada de Petro a la puerta del coliseo. Da una ronda y saluda a las casi 200 personas que lo esperaban desde tempranas horas.

”El diálogo regional se debe volver norma, ¿qué quiere la sociedad que habita esta región?, es ir más allá, construir la democracia en el territorio”, señaló el presidente Gustavo Petro.

Se oscurece y la opacidad de las nubes se lleva, nuevamente, la presencia de un Estado fugaz. Con la plena convicción, “esperamos que esto sirva para que nos tengan en cuenta”, dice Stivenson, quien se despide de la caravana.