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La decisión de Air France obedece a la amenaza que representa el coronavirus.
AFP

El Gobierno francés presentó este martes un plan de 15.000 millones de euros para ayudar al sector aeronáutico, dirigido a salvar su compañía de bandera, Air France, así como las empresas duramente golpeadas por un frenazo que en el mejor de los casos tardará tres años en recuperarse.

El ministro de Economía, Bruno Le Maire, justificó este paquete de ayudas porque sin él desaparecerían en seis meses 100.000 empleos, un tercio de los que hay en el negocio aeronáutico en Francia entre directos e indirectos.

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Le Maire admitió que habrá "ajustes" en las plantillas de las empresas, pero que éstas se han comprometido a evitar despidos de personal muy cualificado.

La mayor partida, de 7.000 millones de euros, ya se conocía desde el mes de mayo y es para Air France. Incluye 3.000 millones aportados por el Estado como accionista de la aerolínea y el aval estatal para un préstamo de 4.000 millones.

Airbus será indirectamente el gran beneficiario de los 3.500 millones de euros en créditos a la exportación, que servirán para mantener encargos de aviones que ya habían hecho o que puedan hacer en el futuro las compañías aéreas que con la interrupción de los vuelos han decidido paralizar la renovación de sus flotas.

Ese parón ha tenido como consecuencia visible una reducción brutal de las entregas del fabricante aeronáutico europeo, que se quedaron únicamente en 24 en abril, cuando antes del choque del coronavirus rondaban las 80 mensuales.

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Aunque Airbus ya ha reducido en un tercio su cadencia de producción, esto no sería suficiente si se mantuviera la tendencia en las entregas. En unas pocas semanas se le han acumulado un centenar de aeronaves a la salida de sus cadenas de montaje.

Ahora, las aerolíneas se beneficiarán de una moratoria de 12 meses para el reembolso de los créditos franceses a la exportación y París va a proponer que se flexibilicen temporalmente las reglas internacionales para devolver ese tipo de préstamos.

Por otro lado, Francia inyectará 1.500 millones de euros en tres años para investigación y desarrollo (I+D) de nuevas tecnologías.

Serán para reducir el consumo de carburante por los aviones, para la electrificación de los aparatos y para las experimentaciones de métodos de propulsión que no generen emisiones de dióxido de carbono (CO2), como el hidrógeno.

El objetivo es lograr "un avión neutro en carbono en 2035", diez años antes de lo que estaba previsto, destacó la ministra de la Transición Ecológica, Elisabeth Borne.

Antes de llegar ahí, la meta intermedia es preparar el sucesor del A320, el avión estrella de Airbus, pero con un consumo de combustible un 30 % inferior al del actual.

El titular de Economía explicó que se van a crear dos fondos para la robotización y la digitalización de las pymes francesas que trabajen en la aeronáutica, uno de 1.000 millones de euros y el otro de 300 millones, este último íntegramente financiado con dinero público.

Por último, Francia compensará en parte la pérdida de encargos civiles con una anticipación de compras de material de defensa, en particular tres aviones "tanqueros" MRTT (que son transformados por Airbus para su uso militar en sus instalaciones en España) y ocho aviones H225M de tipo Caracal.

En conjunto, la defensa participará con 800 millones de euros en este plan para la aeronáutica, que llega después de los que el Ejecutivo francés ha presentado para otros sectores también afectados por la COVID-19, el automovilístico, dotado con 8.000 millones de euros, y el turístico, con 18.000 millones.

Fuente

EFE

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