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Henry Fiol
Henry Fiol
Colprensa

A pesar del paso de los años Henry Fiol tiene el vigor y la sabrosura de los momentos más sublimes de sus presentaciones en tarima, pero se declara semiretirado y dice que se volvió selectivo para presentarse en público.

Como dejando una lección para las futuras generaciones, dice que “hay que vivir en el presente, pero mirando hacia el futuro con disciplina y con metas tratando de echar pa´lante”, dice con su clásica entonación neoyorquina.

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Tiene toda la experiencia y el bagaje para asegurar que no le interesa el pasado, hasta el punto que  nunca ve fotografías por considerarlo antinatural.

“Tengo maletas llenas de fotos que nunca veo, porque mirarlas no es natural para mí porque quiero vivir en el presente”, le dijo Fiol al Programa Al Fin de semana de RCN Radio.

Nos atendió desde su casa en el condado de Manhattan y aprovecha para tararear un aparte de “Ahora me da pena”, especialmente el coro conocido de “yo nací en New York, en el condado de Manhattan, donde perro come perro y por un peso te matan”

Se ríe para corregir que esta situación de inseguridad reflejada en la canción parece que ha cambiado mucho y para luego asegurar que Nueva York sigue siendo una ciudad vital para la salsa, pese a que la música urbana parece captar todos los espacios.

“Se puede decir que la salsa es algo que salió de Nueva York, que esa combinación de sonidos cubanos y de música americana tuvo aquí su espacio vital, aunque  lamentablemente en los últimos 15 años la salsa ha bajado mucho”, señala.

Con cierta nostalgia dice que quedan muy pocos sitios de salsa en Nueva y destaca que los colombianos, en zonas como Queens, son los que siguen manteniendo vivo este ritmo “La juventud de Puerto Rico y República Dominicana  prefieren la bachata, el reguetón y la música americana y consideran que la salsa es música de otra generación, la de sus papás”, insiste el maestro Fiol.

Habla siempre con cariño de sus temas y su música pero ocupa un lugar importante “La Juma de ayer”, pese a que no le gustó mucho cuando la grabó por primera vez por tocar un tema sensible para él como el consumo de alcohol Fiol ha sido director de orquesta, cantante y compositor, aunque muy en el fondo de su corazón se siente simplemente un conguero que disfruta hacer “sus solitos” durante sus presentaciones.

Antes de construir su propia historia musical, el maestro Fiol pasó por los conjuntos Saoko y Capri y los ritmos campesinos y tradicionales de la música ocuparon un lugar importante en sus primeras producciones.

Dice que de sus primeras experiencias aprendió algo vital para su futuro musical que es lo que define como su sello, que es “la economía y la limpieza en el ritmo, que luego sería en su sello en la interpretación de la salsa”.

Pícaramente explica que la música debe tener su propio ritmo y por eso debe ser tan natural como hablar, comer y hasta hacer el amor.

Se emociona recordando que el éxito de “Zúmbale” llegó 20 años después de haber sido grabado cuando empezó a sonar en las discotecas  española y que la “Ultima rumba” es la canción escogida casi siempre para cerrar sus conciertos.

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“Cuando estoy cantando en una tarima estoy alerta porque uno debe acordarse de la afinación, de la letra y de la rutina y en cambio cuando me siento a tocar la conga en La última ruma, es algo más emocional”, asegura Fiol con una no disimulada emoción.

Está vigente, entero y presente para animar las tarimas con su música, pero si, asegura que se ha vuelto muy selectivo y no acepta todas las ofertas que  le hacen para presentarse.

Fiol sigue emocionando al público de Colombia con su voz, aunque en un alarde de humildad dice que de corazón se siente conguero.

Fuente

Sistema Integrado de Información

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