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Kodama conmemora 30 años sin Borges en Ginebra

Jorge Luis Borges consideraba a Ginebra como un ejemplo de lo que el mundo debería ser y por eso la escogió para pasar sus últimas horas, según sostuvo su viuda, María Kodama, que este martes estuvo en la ciudad de Calvino conmemorando el 30 aniversario de la muerte del inefable autor argentino.

Jorge Luis Borges y María Kodama - AFP

Jorge Luis Borges consideraba a Ginebra como un ejemplo de lo que el mundo debería ser y por eso la escogió para pasar sus últimas horas, según sostuvo su viuda, María Kodama, que este martes estuvo en la ciudad de Calvino conmemorando el 30 aniversario de la muerte del inefable autor argentino.

"Ginebra y Suiza eran para Borges como un faro que el mundo debería seguir", afirmó Kodama en un homenaje organizado por la Fundación Martin Bodmer -un museo dedicado a la conservación del pensamiento universal inscrito en libros- para loar la figura del autor argentino.

"Ginebra representaba para él la sabiduría y el respeto", afirmó la escritora argentina, que fue secretaria del autor durante más de una década antes de contraer matrimonio.

Hoy se celebran justo seis lustros desde que el autor del "Aleph" falleciera como consecuencia de un cáncer hepático, y Kodama no dudó en estar presente en la ciudad que el escritor eligió.

Durante el acto se leyó un fragmento de "El Atlas" otra de las obras cumbre del autor, en la que loa a la ciudad bañada por el lago Leman.

"De todas las ciudades del planeta, de las diversas e íntimas patrias que un hombre va buscando y mereciendo en el decurso de los viajes, Ginebra me parece la más propicia a la felicidad", escribió el autor.

Vecino de Calvino y Piaget

El autor de "Historia universal de la infamia" fue enterrado en el cementerio ginebrino de Plainpalais, conocido como el camposanto "de los Reyes", al costado de un ciprés, donde hoy tuvo lugar una pequeña e íntima ceremonia.

Es la misma necrópolis donde descansan el teólogo y reformador protestante Jean Calvino (1509-1564), el psicólogo suizo Jean Piaget (1896-1980), el pedagogo suizo Rodolphe Topffer (1799-1846), o el alemán Ludwigg Quidde (1858-1941), premio Nobel de la Paz en 1927.

No solo sus restos descansan rodeados de grandes sabios, su obra también, y en la Fundación Bodmer se le considera el "sexto gran maestro de la Historia de la literatura universal", en palabras de su director, Jacques Berchtold.

"Para Martin Bodmer había cinco grandes en el panteón de la literatura universal: Homero, la Biblia, Dante, Shakespeare y Goethe. El Consejo decidió que faltaba uno más, se escogió la lengua española y entre todos los maestros el elegido fue Borges", explicó Berchtold.

La Fundación cuenta con el manuscrito autografiado de "Tlön, Uqbar, Orbis Tertius" (1940) y de "El Sur" (1953); y ejemplares de las ediciones originales de "Ficciones" (1944), "El Aleph" (1949), y "El libro de Arena" (1975).

Con EFE