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Después de que varias productoras del porno llamado "amateur" en Francia hayan sido objeto de investigaciones por violación y proxenetismo, la industria ha decidido impulsar un código de buenas prácticas para proteger a sus trabajadores.

"El debate sobre los derechos del trabajador siempre ha estado muy encendido en el sector, pero desde el estallido de la crisis de la covid la situación se ha vuelto insostenible", confiesa el presidente de la sociedad Dorcel, una de las mayores productoras de películas porno en Europa, Grégory Dorcel, en declaraciones a EFE.

Los rodajes, como todo lo demás, se detuvieron con el confinamiento de la pasada primavera, pero cuando se pudieron retomar las grabaciones los profesionales del porno tenían que cumplir con tantas medidas de seguridad antes de filmar que decidieron volver a detener todos los proyectos.

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"Todos los actores y los técnicos tenían que hacerse una PCR antes de entrar al set de rodaje y tener que hacerlo a diario volvió imposible la logística para los equipos", explica Dorcel, que recuerda que su productora siempre ha tenido en cuenta la salud de sus actores haciendo test de enfermedades infecciosas antes de rodar cada escena donde además siempre se usa preservativo.

Un sector más precario por el Covid-19

"Las nuevas medidas de seguridad impuestas por los países europeos han hecho que productoras 'amateur' más pequeñas hayan tenido que saltarse algunas de estas medidas para poder sobrevivir, y esto ha provocado que se precarice el proceso de contratación de actores", lamenta Dorcel, que entiende que cuanto menos control más posibilidad de irregularidades hay.

Este magnate del porno francés se refiere a las denuncias de violación y malas prácticas que se han sucedido en el país desde que algunas actrices lanzaran acusaciones, sobre las que ya está actuando la justicia, contra la página amateur 'Jacquie et Michel', cuyas películas se distribuyen mundialmente también a través de la plataforma de Dorcel.

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Desde entonces, otras denuncias en medios de comunicación por parte de actrices han mostrado un lado mucho más sórdido de lo que se puede ver en las pantallas, con numerosas prácticas que se encuadran abiertamente en la presunta violación.

Por este motivo, Dorcel ha anunciado esta semana que empezará a trabajar en la primera carta deontológica para las producciones X francesas, a la cual se podrán unir otras empresas.

Confió esta misión a una actriz y directora porno, ahora estudiante de enfermería, Liza del Sierra, así como a un sociólogo de la Universidad de París-I, Alexandre Duclos, y a un abogado conocido por defender los derechos de las actrices porno, Matthieu Cordelier.

Los tres se encargarán de entrevistar unos sesenta profesionales, actores y actrices, pero también ingenieros de sonido, maquilladores, médicos y asociaciones, un proceso que se extenderá durante cuatro meses.

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Más garantías y derechos para los actores 

El objetivo es conocer los problemas a los que se enfrentan estos trabajadores para poder definir y aplicar buenas prácticas.

De momento, argumenta Dorcel, se enfocarán en mejorar los contratos que en su mayoría son de trabajadores autónomos, en informar a los actores de lo que deberán hacer antes de entrar al set de rodaje. Se quiere proteger mejor su salud y también sus derechos de imagen, asegura.

"Toda nuestra industria, incluyéndonos a nosotros, aún tiene que progresar mucho en sus métodos", reconoce Dorcel, que detalla que este código, que se prevé que vea la luz a principios de 2021, no obliga a nadie a formar parte, "pero puede constituir una buena guía para los estándares de la industria". 

Fuente

EFE

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