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Sui géneris concierto de La Scala de Milán en homenaje a Claudio Abbado

El teatro de La Scala de Milán abrió sus puertas y ventanas, mientras el maestro argentino Daniel Baremboin dirigía ante una sala vacía el concierto en homenaje al fallecido director de orquesta Claudio Abbado, que pudo ser así seguido por todo el mundo desde la calle en una fría tarde.

Para despedir a Abbado, Baremboin dirigió el lunes un concierto que comenzó con la "Tercera Sinfonía" de Beethoven, interpretada por la Orquesta Filarmónica de Milán ante un patio de butacas vacío y una plaza abarrotada de gente que escuchó, desde fuera y en silencio, las notas que surgían por puertas y ventanas.

Con la primera nota, la fachada del teatro milanés se cubrió de penumbra en señal de luto por la muerte del célebre director, que falleció el pasado 20 de enero a los 81 años y que dirigió La Scala durante 18 años (1968-1986).

Frente al teatro y en torno a la estatua de Leonardo da Vinci, 8.000 personas asistieron emocionados a este concierto que dio comienzo a las 18.00 hora local (17.00 GMT), aunque ya desde una hora antes los megáfonos colocados en el centro de la capital lombarda reproducían música clásica.

Al concierto, de una hora aproximadamente de duración, acudieron músicos con sus propios instrumentos, todo tipo de milaneses y extranjeros, todos de pie, en silencio y bajo el frío que inundó la capital lombarda.

Claudio Abbado fue uno de los más respetados directores de orquesta de Italia, conocido como el director "revolucionario" por sus proyectos para llevar la música clásica a las cárceles y a los pediátricos de los hospitales, pues consideraba que "la educación musical es, en realidad, la educación del hombre".

Giuliano Pisapia, alcalde de Milán, ratificó su decisión de cambiar de nombre la Escuela Cívica de Música "Villa Simonetta" por el de Abbado porque, a su juicio, "es la mejor elección para honrar a un gran milanés que ha enseñado a todos a amar la música".