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Las minas antipersonales, el soldado silencioso en Colombia

Muertes, mutilaciones y heridos: los saldos de esta cruel estrategia.

Este jueves 4 de abril se celebra en todo el mundo el día contra las minas antipersonales. Una fecha que ha cobrado especial significado en un país como Colombia, que en 2010 ocupó el puesto como el segundo país con más víctimas de estos artefactos, antecedido solo por Afganistán.

Este soldado silencioso del conflicto armado se llevó las vidas de miles de personas y ha mutilado y herido a muchas más. Las minas antipersonales son un problema que no solo sirvió de arma en épocas de la guerra entre el Estado y la guerrilla de las Farc, sino que hoy se mantiene latente.

Y es que las minas que quedaron enterradas siguen activas en diferentes regiones del territorio nacional, esperando a su próxima víctima para ser detonadas. Campesinos, niños, turistas y la Fuerza Pública a diario corren en riesgo de caer en una de estas trampas mortales.

Desde hace varios años, el país adelanta labores de desminado humanitario, a cargo del Ejército y organizaciones no gubernamentales, quienes se encargan de la difícil tarea de devolver la tranquilidad a los territorios.

Lea también: La cuna de las Farc que ahora vive el posconflicto

“Como Ejército Nacional desarrollamos acciones de desminado militar y humanitario en diferentes regiones del país. A esto se suman los esfuerzos de ONGs como The Halo Trust, que también hacen desminado humanitario. Es un proceso lento pero también, dadas las circunstancias del territorio, muy complicado. Se puede declarar un área libre de minas, pero los grupos armados vuelven a sembrar estos artefactos explosivos, por lo que tener un control es realmente difícil”, aseguró el coronel Zenen Contreras, comandante del Comando Operativo de Estabilización y Consolidación Zeus.

Hoy Colombia tiene el compromiso internacional de liberar la totalidad de su territorio a más tardar en 2021, una meta difícil de alcanzar si se tiene en cuenta que el año pasado, por primera vez desde 2006, aumentó el número de víctimas. Por eso el Gobierno anunció que se solicitara una prórroga el año que viene. Mientras tanto, los diferentes entes encargados de afrontar esta problemática aceleran al máximo sus operaciones.

Los estragos de las minas antipersonales

Las primeras noticias de minas antipersonales en Colombia son de la década de los 70, y no fue las Farc sino el ELN el grupo que empezó a utilizar esta práctica, con artefactos improvisados, artesanales y de fácil elaboración. Dada su efectividad letal, esta práctica fue replicada por diferentes grupos armados guerrilleros y paramilitares, incluso el Ejército, que minaba los campos alrededor de sus batallones y campamentos.

Desde entonces, muchos grupos empezaron a usarlas realizando nuevas modificaciones, con una elaboración más compleja y buscando generar el mayor daño posible. En su interior, además de explosivos, suelen colocar material en descomposición, como excrementos, acompañado de metralla, puntillas, grapas o vidrios que se incrustan en el cuerpo de la víctima. El resultado, peligrosas infecciones que pueden acabar con la vida de un ser humano en cuestión de horas.

De acuerdo con Descontamina Colombia, la entidad encargada de monitorear el uso de minas en Colombia, desde 1990 hasta febrero de 2018 se han presentado 11.718 víctimas de estos artefactos, siendo la primera década del nuevo milenio la que registró más casos, llegando a su punto máximo en 2006.

Esta cruenta y efectiva estrategia de guerra ha dejado 2.292 personas fallecidas y 9.426 heridos. No distingue género, ocupación o edad. Solo basta con pisar en falso, para caer en las minas. De ahí que 1.199 niños se hayan visto afectados, así como 4.587 civiles y 7.131 militares.

Infografía minas en Colombia
Infografía minas en Colombia.
Anderson Rodríguez / Sistema Integrado Digital

Por años fue común escuchar casos de muertos, desmembrados por las explosiones, mutilados obligados a iniciar una nueva vida sin un brazo, una pierna o ambas extremidades; niños que iban a la escuela y terminaban con sus cuerpos destrozados por la detonación; militares que morían al instante porque la mina, oculta en un árbol, estallaba en sus cabezas.

Hoy en día el panorama, si bien es alentador, no deja de ser preocupante. De pasar de 1.228 víctimas en 2006 se llegó a solo 57 en 2017. Una cifra positiva que se vio opacada cuando se conoció que en 2018 se presentaron 176 incidentes, la primera vez en doce años en que este número aumenta, y la primera vez en la historia en que hubo más afectados civiles que militares. Durante los primeros dos meses de 2019 los casos suman 24 las personas lesionadas.

Una meta difícil de alcanzar

En 2001, Colombia se adhirió a la Convención de Ottawa, en la que  se comprometió, entre otras cosas, a atender a las víctimas de minas antipersonales, educar contra el riesgo de estos artefactos y realizar desminado humanitario. 

Dadas las condiciones del conflicto, fue hasta 2010 que se finalizaron labores de limpieza de las 35 bases militares que fueron protegidas con minas antipersonal por parte de miembros de la Fuerza Pública. Sin embargo, en el caso de las minas sembradas por otros grupos armados ilegales, el proceso es más demorado, al tratarse de un mayor número de artefactos, los cuales fueron enterrados a diestra y siniestra sin tenerlas localizadas.

En 2011 Colombia solicitó ampliar el plazo para terminar el desminado de 2017 hasta 2021. En marzo del presente año, ante la lentitud de los avances, el Gobierno anunció que pedirá una nueva prórroga.

Así lo expresó Martha Hurtado, Comisionada Adjunta para la Acción Integral contra Minas Antipersonal: “Por la magnitud de los artefactos usados y el incremento de víctimas que se ha generado a causa de las minas antipersonal, es inminente realizar un trabajo consciente para aunar esfuerzos de los miembros del sector para lograr la meta de una Colombia libre de minas.”

La resiembra es uno de los factores que más preocupan a las autoridades. El aumento de los cultivos ilícitos ha sido asociado con la plantación de más minas, las cuales son ubicadas de manera estratégica para proteger grandes plantaciones de coca.

Actualmente el país tiene dos departamentos y 322 municipios libres de minas antipersonales y 693 (el 60% del territorio nacional) con algún grado de contaminación, de los cuales 187 municipios se encuentran en intervención.

De igual manera, se ha liberado un área de 8’099.804 m², mientras que 6.482 artefactos fueron destruidos o neutralizados.

En materia de educación, los avances son poco medibles. Sin embargo, todavía se evidencian casos en los que las personas no conocen los verdaderos riesgos de estos elementos.

Según Hugo Ferney Barrios, supervisor de operaciones de The Halo Trust, las personas siguen sin comprender la magnitud de estos artefactos: “Las comunidades deben ser educadas en el riesgo de minas y artefactos explosivos. Encontramos lugares en que tienen una granada para partir panela y piensan que no va a pasar nada. En otra vivienda se encontró una granada aérea que usaban para levantar pesas y trancar la puerta”.

Por: Mateo Chacón - RCN Radio

Tipos de minas en Colombia
Tipos de minas en Colombia.
Anderson Rodríguez / Sistema Integrado Digital