Uno de los grandes cuestionamientos con los cierres constantes de la carretera hacia los Llanos Orientales es si, en su momento, los estudios indicaron que en un futuro se iban a presentar las inestabilidades geológicas actuales: la respuesta es 'sí'.

Al tiempo que se iniciaron los trabajos para la obra “Carretera al Llano, 90 minutos” en 1994, se dejó claro por parte de la firma brasileña Andrade Gutiérrez, tras haber realizado un estudio de Geotecnia, que su labor se limitaría a la construcción de la nueva vía en uno de los tramos, sin que ello representara responsabilidad sobre la estabilización de los taludes.

En contexto: ¿Cuándo y cómo se empezó a construir la nueva vía al Llano?

Para la misma época varios de los ingenieros, entre los que estaba Orlando Barbosa, le expresaron “al ministro de entonces y a Guillermo Gaviria, el director de Invías”, que la necesidad de hacer trabajos de estabilización de taludes era primordial pues el problema “se iba a agravar”.

De acuerdo con Barbosa, “lo que nos dijeron es que eso no era problema del Ministerio, se salía de su competencia y era problema de los municipios que debían ordenar el territorio, ordenar el suelo municipal y controlar a los campesinos y, prácticamente, hacerles cambiar el uso”.

Si en su momento el gobierno nacional hubiese atendido las peticiones hechas por los expertos, seguramente se habría atendido el problema de las laderas y habría mayor estabilidad en la montaña.