El bullying y la salud mental en los estudiantes: ¿Qué medidas se deben tomar?

El regreso a clase tras dos años de aislamiento ha cambiado o afectado fuertemente los comportamientos en los niños, quienes más que nunca se están viendo afectados por un la intolerancia y actos violentos por parte de sus mismos compañeros.  

Hechos tan impactantes como los de jóvenes peleando con armas blancas, suicidios por no soportar los acosos de los compañeros e incluso actos masivos de intolerancia en colegios públicos y privados dejan mal paradas a las instituciones y su compromiso con la educación integral de los estudiantes.  

Sin embargo, esto no es algo reciente. Un informe de la ONG Internacional Bullying Sin Fronteras, señaló que entre enero de 2020 y diciembre de 2021 hubo 8.981 casos graves de bullying en Colombia, siendo el segundo país con más casos de matoneo en la región, detrás de República Dominicana. 

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¿Cómo afecta la pandemia en el comportamiento de los menores? 

El uso obligatorio del tapabocas también afectó en el comportamiento de los estudiantes, que al no poder reconocer las reacciones de sus compañeros realizaban el matoneo sin medir las consecuencias.  

Para los expertos en educación, la medida del Ministerio de Salud de retirar el uso del tapabocas fue un acierto total, pues estos eran los causantes de más incidentes de bullying, debido a que los estudiantes no lograban identificar bien las emociones de los demás.  

“Hay que entender que los menores de edad siempre han tenido dinámicas sociales complicadas. El bullying no debería ser la norma, pero es algo que existe incluso en los mejores colegios de Colombia, y percibimos que unas cosas están ocurriendo en parte porque en los dos últimos años, las relaciones sociales han pasado por un trauma inesperado e inusual”, señaló Henry May, CEO de Coschool, organización que diseña e implementa proyectos de formación socioemocional en distintas regiones de Colombia y Latinoamérica.  

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¿Cómo parar con este flagelo? Los profesores, estrategas para el cambio 

Si bien las dificultades son con los estudiantes, los profesores también están dentro de la ecuación y pueden ser actores activos para disminuir las cifras de matoneo en los colegios.   

Para ello, el experto aconseja iniciar con estrategias que involucren la labor del docente. “Es fundamental trabajar en el agotamiento, el estrés y las emociones de los docentes, ya que el bienestar de los educadores es necesario para generar soluciones creativas a los problemas y permite que niños y jóvenes se conecten mucho más con sus maestros”, indica.  

De acuerdo a un informe realizado por The Wellbeing Project junto a la fundación Qatar y la Universidad de Duke, sobre el bienestar de los docentes, los siete principios que destacaron los maestros sobre lo que los hace sentir bien cumpliendo su profesión son:  

• Sentirse valorados y respetados como líderes  
• Estar profundamente comprometidos con su trabajo  
• Encontrar el significado y propósito de lo que hacen  
• Sentirse exitosos  
• Satisfacer sus necesidades personales y no laborales  
• Gestionar sus emociones y bienestar  
• Estar en un ambiente de trabajo positivo y solidario 

“Tenemos que proveer a los profesores con el lenguaje y las herramientas necesarias para discutir y abordar sus propios problemas de salud mental, y a que si saben manejar sus emociones tendrán cierta ventaja y una posición más fuerte para apoyar a los estudiantes que estén pasando solos por sus desafíos", explicó. 

También se deberían construir “redes” o comunidades con la intención y el propósito de ayudar a los profesores a darse cuenta de que no están solos y que pueden ahorrar tiempo y energía entrando a un grupo que los ayude a ser mejores profesionales.