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El uso del recurso hídrico de generación eléctrica ha dejado seca la cascada.
El uso del recurso hídrico de generación eléctrica ha dejado seca la cascada.
AFP

A menos de dos horas de Bogotá, en el municipio de Soacha, reposa uno de los lugares más emblemáticos de la historia del país: el Salto del Tequendama

Este lugar por años ha sido el atractivo más representativo de la zona no solo por su belleza natural sino por la cantidad de historias que reposan en éste.   

Con una caída de agua de 157 metros de altura, el Salto del Tequendama en los últimos años ha ido reduciendo su nivel de agua debido a que la mayoría del recurso hídrico fue destinado a la empresa Emgasa para la generación de energía.    

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María Victoria Blanco, directora de la Fundación Granja Ecológica El Porvenir, lleva más de 20 años trabajando en la recuperación y conservación de la zona, desde su cascada hasta la variedad ecosistémica que habita en ella. También se ha encargado de restaurar el hotel que acogía a los turistas cuando llegaban a visitar el emblemático lugar de Colombia. 

Pese a todos los obstáculos que se ha encontrado en el camino, la activista ambiental rescató el viejo hotel convirtiéndolo en la ‘Casa Museo Tequendama’ en 2012.  

“La restauración y conservación del Salto del Tequendama y la Casa Museo no son un ideal, hace mucho tiempo se convirtieron en mi proyecto de vida”, dijo María Victoria Blanco a Mongabay Latam.  

Uno de los mayores retos para la directora fue lograr que el estado protegiera este patrimonio de la Humanidad. El 20 de septiembre de 2018 –gracias a la resolución 3335 emitida por el Ministerio de Cultural– el inmueble Casa Museo del Tequendama fue declarado bien de interés cultural y nacional del país.   

Por otro lado, quizás una de las batallas que más duro ha tenido que enfrentar la directora, es el poco nivel de agua que cae por la cascada afectando el atractivo paisajístico del Salto del Tequendama.   

El principal problema, según ella, radica en que la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) renovó la concesión de las aguas del río Bogotá, destinándolas a la generación eléctrica de la empresa Emgesa y autorizando un caudal ecológico de solo un metro cúbico por segundo (m3/s) para el Salto.   

Se hizo una modificación a una resolución de 1997. Ni siquiera se hizo un nuevo estudio y para nuestra sorpresa se concesionó a la multinacional un caudal de 34 metros cúbicos por segundo para generar energía y se dejó un caudal mínimo de solo un metro cúbico por segundo. Esto es absolutamente insólito, además que a la fecha no hay ningún plan de compensación”, señaló.  

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Sobre el tema, la firma de energía le aseguró a Mongabay Latam que “la concesión de aguas para la operación de nuestras centrales fue renovada hasta el año 2038”, lo que eventualmente podría indicar una gran pérdida ecosistémica para el territorio.    

Por su parte, Brigitte Baptiste, directora del Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt, dijo a Mongabay Latam que no puede ser que el tema de generación eléctrica de una empresa privada prevalezca sobre la importancia paisajística y ecológica del lugar.   

Cabe destacar que la caída de agua en el Salto del Tequendama ayuda a la oxigenación del río Bogotá y permite la conservación de diferentes especies que habitan en éste.    

Por último, la Fundación Granja Ecológica El Porvenir anunció que seguirá en la lucha por la recuperación del monumento Nacional pues María Victoria Blanco dijo que “no sabe por qué no se avanza con la recuperación de la zona si el fallo del Consejo de Estado es muy claro sobre la protección de este patrimonio. Son más de 15 páginas hablando del tema, pero parece que nadie las ve”.

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