Santandereano modificó bacterias para producir colorantes textiles que no contaminan

Bink es el nombre del proyecto que lideran el estudiante de arquitectura de la Universidad Santo Tomás, seccional Bucaramanga, Carlos Mariño y cuatro mexicanos más; con él que se crean tintas o colorantes ecológicos para la industria textil.

El proceso para obtener colorantes orgánicos, que se pueden utilizar en prendas de vestir, inicia con la mezcla de bacterias que por naturaleza aportan color y que al modificarles sus genes arrojan pigmentos que después de ser procesados pueden vertirse en ríos o quebradas sin contaminar el ecosistema. 

El santandereano Carlos Mariño, uno de los integrantes del innovador proyecto, aseguró que una de las ventajas que tienen las tintas ecológicas sobre las que se comercializan actualmente en el mercado, es que son un 70% más económicas y que al ser netamente orgánicas pueden ser digeridas por microorganismos que se encuentran en zonas verdes o afluentes. 

"El proceso es el siguiente, a las bacterias que por naturaleza aportan color, se les extrae su gen y se mezclan con bacterias comunes como la E-Coli para obtener una reproducción más rápida, cuando ya se tiene un cultivo considerado se les sacan los pigmentos. El proceso se hace a través la Nano y Biotecnología", añadió el estudiante. 

A diferencia de las tintas convencionales, las orgánicas o ecológicas disminuirían los costos de la industria textil en el país y el mundo, pues son 70% más económicas y a su vez no contaminan el medio ambiente. 

"Con las tintas que nosotros desarrollamos, queremos evitar que las industrias paguen multas por contaminar y que las aguas que salgan del proceso de producción no tengan que ser tratadas por plantas especializadas, pues los microorganismos que ya hay en lagos y demás las pueden degradar", afirmó Carlos Mariño. 

El proyecto Bink, desarrollado por un santandereano y cuatro mexicanos, está nominado por la Organización TrepCamp para participar como mejor proyecto de innovación global.