Alemania habla de "pruebas inequívocas" en envenenamiento a opositor Navalni

Alemania afirmó este miércoles que encontró  "pruebas inequívocas" de que el opositor ruso Alexéi Navalni fue envenenado y exigió a Rusia explicaciones "urgentes" sobre el caso.

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Navalni, que se encuentra hospitalizado en grave estado en un hospital de Berlín, tras ser evacuado de Rusia, fue envenenado con un agente tóxico nervioso, un "incidente chocante", indicó el portavoz del gobierno alemán, Steffen Seibert, mediante un comunicado.

El pronunciamiento del gobierno se da luego de que el pasado 28 de agosto la clínica universitaria berlinesa de la Charité, donde está siendo tratado, informara que el líder opositor ruso sigue en coma inducido y que su estado es grave aunque estable.

"El paciente sigue en coma inducido en una unidad de cuidados intensivos y recibe respiración asistida. Su estado de salud sigue siendo grave, aunque su vida no corre peligro. Las posibles secuelas para el paciente a largo plazo por el envenenamiento siguen siendo impredecibles", indicó la clínica en un comunicado.

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Por su lado, la portavoz de Navalni, Kira Yarmish, confirmó en un tuit que "no hay actualmente una grave amenaza para su vida".

El hospital reafirmó que no era posible de momento determinar si el ruso de 44 años conservaría secuelas tras este "grave envenenamiento".

Los médicos alemanes han asegurado que Navalni había sido intoxicado por "una sustancia del grupo de los inhibidores de la colinesterasa". Estos productos pueden ser utilizados, en dosis bajas, contra la enfermedad de Alzheimer. Pero, en función de la dosis, pueden ser muy peligrosos y producir también poderosos agentes neurotóxicos, del tipo de Novichok.

Cabe recordar que Navalni, muy conocido por investigar la corrupción de la élite rusa y el entorno del presidente Vladimir Putin, sintió un fuerte malestar la semana pasada cuando viajaba en avión desde Tomsk, en Siberia, a Moscú. El aparato realizó un aterrizaje de emergencia para que el activista pudiera ser internado urgentemente en un hospital de Omsk.

Su entorno denunció de inmediato un envenenamiento y abogó por un traslado medicalizado a Alemania. Nalvani fue finalmente trasladado a Berlín, después de fuertes tensiones con el gobierno ruso.