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Brasileños calles
Las calles fueron escenario de multitudinarias marchas a favor y en contra de los candidatos presidenciales.
AFP

Los brasileños comenzaron a votar desde las 8:00 de la mañana de este domingo, para decidir si mantienen al ultraderechista Jair Bolsonaro en el poder o devuelven la presidencia al gran favorito en las encuestas, el izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, dos archirrivales que encarnan visiones de Brasil completamente opuestas.

En esta jornada, que cerrará a las 5:00 de la tarde, hora local, están convocados unos 156,4 millones de votantes para elegir al presidente, a los 27 gobernadores, a los 513 diputados, a un tercio del Senado y renovar a los representantes en las asambleas legislativas regionales.

Una vez que cierren los colegios electorales en todo el país, lo que por primera vez se realizará en un horario unificado, el Tribunal Superior Electoral comenzará a difundir los primeros boletines con resultados oficiales.

Previsiblemente el recuento se completará en pocas horas, gracias al sistema de votación electrónico que se usa en Brasil desde 1996 y cuya fiabilidad ha sido puesta en tela de juicio por Bolsonaro, a pesar de que nunca ha habido sospechas de fraude.

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Según las últimas encuestas, dadas a conocer el sábado, Lula tiene una clara ventaja de catorce puntos porcentuales sobre Bolsonaro, y recibiría entre el 50 % y 51 % de los votos válidos proyectados por las dos empresas demoscópicas más reputadas del país.

En caso de que ninguno de los candidatos alcance más de la mitad de los votos válidos, los dos más votados tendrán que enfrentarse en una segunda vuelta prevista para el 30 de octubre.

Los electores podrán ejercer su derecho al voto en los 5.570 municipios de todo el territorio, el Distrito Federal de Brasilia y el archipiélago de Fernando de Noronha, además de 181 localidades en el exterior.

Las cerca de medio millón de urnas electrónicas instaladas en el país contarán nuevamente con un amplio dispositivo de seguridad, reforzado con efectivos del Ejército, que estará presente en 568 municipios, principalmente de la región amazónica y en algunas ciudades con índices altos de violencia, como Río de Janeiro.

Las elecciones de este año, las más polarizadas desde que Brasil recuperó la democracia en 1985, se han caracterizado por un clima de crispación entre Lula y Bolsonaro, una disputa que se extendió a sus seguidores, con algunos casos de ataques y muertes motivadas por discusiones políticas.

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Polos opuestos

Bolsonaro, un excapitán del ejército de 67 años, ha gobernado durante cuatro años el mayor país de América Latina a golpe de crisis, especialmente con una fustigada gestión de la pandemia que dejó 686.000 muertos y un desafío constante a las instituciones democráticas.

Mantiene un sólido apoyo entre el electorado evangélico, el agronegocio y los sectores más conservadores que defienden una sociedad basada en Dios y la familia o el no al aborto.

Lula vuelve al ruedo político tras haber dejado el poder con un envidiable índice de popularidad, pero sin haberse podido sacudir a ojos de parte de la sociedad la mancha de la corrupción. Fue condenado y luego absuelto por motivos procesales por el escándalo 'Lava Jato' sobre una red de sobornos en la petrolera estatal Petrobras.

Este autodenominado "joven de 76 años", excarcelado en noviembre de 2019 tras pasar 19 meses en prisión, cuenta con el apoyo de las clases populares, las mujeres y jóvenes, pero también ha tratado de seducir al mercado y sectores moderados, fichando como vice al tecnócrata Geraldo Alckmin.

Fuente

EFE con AFP y Sistema Integrado de Información

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