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Kenia
La iniciativa busca crear conciencia sobre los altos indices de contaminación en el planeta.
AFP

Con sus majestuosas característica, esta embarcación que emprendió una expedición a lo largo de la costa oriental africana se parece mucho a un dhow tradicional, salvo por un detalle: fue construida con residuos de plástico recogidos en las playas kenianas.

Para sensibilizar sobre los devastadores efectos de la contaminación por plástico, el "Flipflopi" emprendió el jueves en Lamu, en la costa norte de Kenia, un periplo de 500 kilómetros que lo llevará hasta la isla tanzania de Zanzíbar.

Sólo el mástil es de madera. El resto del barco fue construido con 10 toneladas de plástico reciclado.

El casco fue posteriormente recubierto con 30.000 chancletas (flip-flop en inglés) recogidas también en las playas, que dieron al barco su nombre y su aspecto multicolor.

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"No se trata sólo de construir barcos, es un símbolo de la segunda vida que se puede dar al plástico", señala Dipesh Pabari, un defensor del medioambiente keniano que ha dirigido el proyecto.

"Se trata de mostrar que si este material es tan genial que se puede hacer un barco que navega, es estúpido pensar en él como algo de un solo uso", agregó Pabari durante una escala del "Flipflopi" en Watamu, a unos 150 kilómetros al sur de Wamu, este fin de semana

Como muchos otros países donde las botellas, bolsas y pajitas de plástico sólo se utilizan una vez antes de tirarse, Kenia sufre los efectos nefastos de la contaminación por plástico.

Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, desde principios de los años 1950 se han producido en el mundo unos 8.300 millones de toneladas de plástico, un 60% de las cuales terminaron en vertederos o en la naturaleza.

Con más de 12 millones de personas que trabajan en el sector pesquero en África, y muchos otros que dependen del pescado para su alimentación, la contaminación en el mar, donde los plásticos pueden descomponerse en microrresiduos sumamente dañinos, es una verdadera amenaza para el continente.

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James Wakibia, considerado un artífice del movimiento que condujo a la prohibición de las bolsas de plástico en Kenia en 2017, viajó a Watamu para la escala del "Flipflopi".

Antes "había plástico por todas partes (...) parecía una flor keniana", bromeó. "Ahora se ven botellas de plástico, pero bolsas ya no", agregó.

Según Wakibia, el "Flipflopi" puede sensibilizar a la población a ir más allá.

El barco, de 9 metros de eslora, fue construido durante tres años en Lamu por expertos en dhows tradcionales, utilizando técnicas sencillas que pueden reproducirse fácilmente, explica Dipesh Pabari.

Todas las personas que participaron en el proyecto eran voluntarios. Se financió gracias a las donaciones populares, antes de que el PNUMA se implicara para pagar la expedición del "Flipflopi".

En el futuro, Pabari espera poder construir un barco de 20 metros y hacerlo navegar hasta Ciudad del Cabo, en Sudáfrica.

"El 'Flipflopi' es la demostración de que podemos vivir de manera diferente", sostuvo Joyce Msuya, directora adjunta del PNUMA, en un comunicado. Es un recordatorio de la necesidad urgente de replantearse la manera como producimos y utilizamos los plásticos de un solo uso",

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Así funciona este interesante proyecto

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Fuente

Sistema Integrado Digital - AFP

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