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Lula da Silva
Lula da Silva, expresidente de Brasil
Foto: AFP

La Corte Suprema de Brasil inició el miércoles una de las sesiones más cruciales de su historia, para determinar si el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva puede recurrir en libertad a una condena a 12 años y un mes de cárcel.

Los once jueces del Supremo Tribunal Federal (STF) deben emitir su voto, bajo fuertes presiones de partidarios y adversarios del exmandatario de izquierda, favorito en los sondeos para las elecciones presidenciales de octubre próximo.

El STF debe decidir si acepta un recurso de Lula, de 72 años, para apelar en libertad ante las máximas instancias judiciales del país la condena confirmada en enero por un tribunal de apelación, por corrupción pasiva y lavado de dinero.

- Lula, en Sao Paulo  -

En Sao Paulo, en la sede del Sindicato de Metalúrgicos, cuna del ascenso que llevó a Lula desde el gremialismo hasta la jefatura de Estado, unas 150 personas esperaban la llegada del expresidente, vestidos con las clásicas camisetas rojas que identfican al Partido de los Trabajadores (PT), cofundado por el exmandatario.

"Esta noche no dormí. Es uno de los peores días de mi vida. Creo que va a ser condenado (...) Están rompiendo la Constitución y nadie hace nada", dijo Leonor Mata, una profesora de 60 años, afiliada al PT desde hace más de tres décadas.

En la víspera, miles de personas desfilaron en Sao Paulo, Rio de Janeiro y otras ciudades al grito de "Lula nunca más" y de aclamaciones al juez Sergio Moro, gran artífice la investigación Lava Jato sobre el escándalo de Petrobras.

El que fue el presidente más popular de la historia reciente de Brasil (2003-2010) se declara inocente en este proceso y en los otros seis que enfrenta por delitos como tráfico de influencia y obstrucción a la justicia, y los atribuye a una conspiración para evitar que regrese al poder.

"Es un juicio muy politizado. Más allá de la importancia de la autorización de la ejecución provisoria de la pena, está en juego un caso que envuelve a un expresidente, que también es presidenciable y que está muy bien posicionado en los sondeos de intención de voto", dijo a la AFP el experto en derecho penal y criminología Jovacy Peter Filho.

"Es, probablemente, un caso único en el mundo", añadió.

Más allá de si Lula consigue evitar la prisión, su candidatura tambalea porque la justicia electoral impide postularse a condenados en segunda instancia. Pero ese capítulo recién se resolverá entre julio y agosto, durante la ventana oficial para registrar los candidatos.

- El general -

La polarización que vive Brasil dejó paso a la violencia a fines de marzo, cuando una caravana proselitista del líder de la izquierda fue atacada con armas de fuego en el sur del país. 

Y alimentó las presiones sobre el STF. 

En un inusitado mensaje vía Twitter, el comandante del Ejército, el general Eduardo Villas Boas, aseguró el martes "compartir el ansia de todos los ciudadanos de bien, de repudio a la impunidad y de respeto de la Constitución, la paz social y la democracia".

El mensaje recibió un entusiasta apoyo del diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, un ex militar, segundo en las encuestas electorales (aunque con la mitad de intenciones de voto de Lula).

"El partido del Ejército es Brasil (...) Su comandante es un soldado al servicio de la Democracia y la Libertad. Así fue en el pasado y así será siempre. Con orgullo: 'Estamos juntos, General Villas Boas'", escribió Bolsonaro.

Y también el repudio de muchos políticos, formadores de opinión y de Amnistía Internacional, que emitió una nota, afirmando que "las declaraciones del general son una grave afrenta a la independencia de los poderes, al debido proceso legal, una amenaza al estado democrático de derecho y un desvío del papel de las Fuerzas Armadas".

 

Fuente

AFP

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