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Cabaña donde supuestamente murió expolicía no fue incendiada adrede

El alguacil del condado de San Bernardino (EE.UU.), John McMahon, dijo que las autoridades no incendiaron a propósito la cabaña donde se cree que murió este martes Christopher Dorner, el expolicía que ha mantenido en vilo al sur de california desde hace una semana.

"No incendiamos intencionalmente la cabaña para que Dorner saliera al exterior", indicó McMahon, quien admitió que primero se emplearon gases lacrimógenos y después se apostó por "recursos pirotécnicos" para tratar de poner fin a la situación creada el martes en la zona montañosa de Angelus Oaks.

La cabaña finalmente acabó completamente en llamas y se estima que Dorner falleció en su interior. No obstante, aunque todavía no se ha confirmado la identidad de la víctima, McMahon indicó que "la investigación ha acabado" puesto que todos los indicios apuntan a que se trataba del hombre más buscado del país en los últimos días.

La jornada del martes terminó de forma dramática después de una secuencia de persecuciones y tiroteos, hasta que Dorner fue acorralado por las fuerzas del orden y, presumiblemente, perdió la vida.

Dorner era el principal sospechoso del asesinato de una pareja a principios de febrero. Se tratan de la hija de Randy Quan, un agente involucrado en su despido por perjurio, y su pareja sentimental el pasado 6 de febrero en un aparcamiento en el condado de Orange.

Además, es el presunto responsable de la muerte de dos policías, el último un ayudante del alguacil del condado de San Bernardino con el que se enfrentó el martes en un tiroteo en la montaña.

Otros dos agentes se encuentran hospitalizados tras intercambiar disparos con Dorner, quien había sido oficial de policía en Los Ángeles entre 2005 y 2008, hasta que fue despedido por hacer falsas acusaciones contra un compañero.

Dorner había anunciado sus intenciones en una misiva publicada en internet en la que amenazaba con emplear "armamento inusual" contra numerosas personas.

Tras el asesinato de la hija de Quan, se cree que Dorner asesinó al oficial Michael Crain cuando éste y su compañero de patrulla esperaban a que un semáforo se pusiera en verde. Después, huyó a las montañas.

Se puso entonces en marcha un dispositivo coordinado entre varios departamentos de policía y se ofreció una recompensa de un millón de dólares a quien ofreciera información que sirviera para dar con su paradero.

Tras la persecución y tenerlo acorralado, las autoridades enviaron un equipo especial para desmontar la cabaña por partes, al tiempo que intentaban hacerle salir arrojando gases lacrimógenos para que se entregara.

El proceso para determinar si el cuerpo recuperado de los escombros de la cabaña es el de Christopher Dorner podría demorarse varios días.