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De Sídney a Nueva York, pasando por Dubái y Río, el mundo entró en 2014

Millones de personas celebraron la entrada del 2014 en Asia, África, Europa y las Américas, con espectáculos variopintos y llamativos, para recibir un año que el papa Francisco deseó sea más solidario y menos violento.

A pocas horas de los festejos que marcaron el cambio de año, el papa se dirigió a una multitud congregada en la plaza San Pedro del Vaticano para su primer ángelus del año.

"Llegó la hora de parar el camino de la violencia. ¿Qué está pasando en los corazones de la gente? ¿A la humanidad? Es hora de parar", dijo Francisco desde la ventana de su estudio en el palacio apostólico.

"Se necesita el compromiso de todos para construir una sociedad verdaderamente justa y solidaria", clamó.

Horas antes en Nueva York, cerca de un millón de personas desafiaron el frío para recibir el año en Times Square, con la tradicional caída de la bola de cristal gigante, de casi 5.500 kilos, con 32.000 luces LED y 2.688 cristales de Waterford.

En Rio de Janeiro, unos 2,3 millones de personas se concentraron en la célebre playa de Copacabana para celebrar con un "besatón" generalizado bajo un cielo iluminado por 24 toneladas de fuegos artificiales lanzados desde el mar.

En Londres, la noria conocida como 'London eye' se iluminó a media noche en medio de una muchedumbre eufórica. Unas 50.000 personas participaron en la explosión de los primeros fuegos artificiales "multisensoriales" del mundo, que incluían confetti comestible con sabor a banana y pompas con olor a naranja.

Moscú vivió una gran fiesta en su célebre Plaza Roja, y en Berlín una cantidad récord de 1 millón de personas se reunieron frente a la puerta de Brandeburgo, según los organizadores.
En París, más de 300.000 personas se congregaron en los Campos Elíseos, bajo la vigilancia de unos 9.000 efectivos de seguridad, en una noche de celebraciones que culminó con cuatro muertes, tres de ellas por arma blanca.

La capital italiana celebró con un concierto en el Circo Máximo, con cantantes y DJs, tras un discurso en el que el alcalde Ignazio Marino prometió que "2014 será el año de la recuperación" económica.

En Madrid, miles de personas desafiaron el frío para congregarse en la Puerta del Sol y tomarse las tradicionales doce uvas, al ritmo de las doce campanadas de final de año.

En Kiev, unos 200.000 opositores ucranianos entonaron el himno nacional en la plaza de la Independencia, en el centro de la ciudad, escenario desde hace un mes de un pulso de la oposición proeuropea contra el gobierno, que ha decidido acercarse a Rusia y no a la UE.

Por su parte en Letonia, los habitantes de este país báltico celebraron el año nuevo con la entrada en la zona euro.

Ya en África, el presidente maliense Ibrahim Boubacar Keita deseó a sus compatriotas "la paz" en 2014, en un país que sigue sacudido por una grave crisis política y militar iniciada con un golpe en 2012.

Ciudad del Cabo rindió homenaje al expresidente sudafricano Nelson Mandela, fallecido el 5 de diciembre, con un concierto, fuegos artificiales y la proyección en 3D, en la fachada del ayuntamiento, de una retrospectiva en imágenes de la vida del Premio Nobel de la Paz.

Sídney y Dubái iluminaron sus noches

La primera gran ciudad en festejar el nuevo año fue Sídney, con un esplendoroso espectáculo de fuegos artificiales en su espectacular bahía.

Por primera vez desde hace diez años, la ópera de Sídney fue el punto de lanzamiento de toneladas de pólvora como parte de las fiestas del 31 de diciembre.

Estos festejos costaron 6 millones de dólares australianos (3,8 millones de euros), según su alcalde, Clover Moore. Es el precio "de la fiesta de Año Nuevo más bonita del mundo, en el puerto más bonito del mundo", Harbour Bridge, destacó.

Por su parte Dubái, que acaba de obtener la organización de la exposición universal de 2020, ofreció un gigantesco espectáculo pirotécnico.

Burj Khalifa, la torre más alta del mundo con 828 metros se iluminó a la media noche, con un imponente espectáculo de seis minutos de duración. Al mismo tiempo, Burj al-Arab, un hotel presentado como el más lujoso del mundo, contribuía con un espectacular show que encendió con colores el cielo del Emirato.

Con este espectáculo, que costó 6 millones de dólares según la televisión local y se hizo desde con 400 sitios de lanzamiento, Dubái entró en el Libro Guinness de los récords con el espectáculo pirotécnico más grande del mundo.

"Diez meses de preparación y más de 500.000 proyectiles fueron usados para realizar fuegos artificiales de unos seis minutos", indicó la organización en su sitio en internet al destacar que se trataba de un nuevo récord mundial.

La Antártida fue una de las primeras regiones en recibir el 2014. Los pasajeros de un buque científico ruso varado desde hace una semana en los hielos celebraron la llegada del nuevo año con un himno improvisado subido a YouTube.

En Hong Kong, los rascacielos de la ciudad fueron iluminados por fuegos artificiales lanzados desde barcas alineadas a lo largo de un kilómetro en el estrecho de Victoria Harbour, entre la isla de Hong Kong y Kowloon.

En Japón la celebración fue calma y discreta, con algunos fuegos artificiales y visitas masivas a templos. La población también festejó con gambas, "sashimi" de atún rojo y otras delicias como "noodles", que en el país se consideran un símbolo para desear una larga vida.