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Desde que se conoció de la propagación del nuevo coronavirus, COVID-19 en el mundo, algunos países han señalo que este virus se habría originado en un laboratorio en Wuhan, China, como es el caso de Estados Unidos, ya que su presidente, Donald Trump desde el principio se refirió al coronavirus como "el virus chino". 

Esta semana su Gobierno una vez más insinuó lo mismo sin ofrecer pruebas, y hasta acusaron al Partido Comunista de China de haber ocultado información sobre la enfermedad cuando comenzaron los contagios. 

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El secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, y el responsable de Defensa, Mark Esper dijeron que "múltiples fuentes" aseguran que el virus se escapó por accidente de un laboratorio. “Lo que sabemos es que este virus se originó en Wuhan, China. Sabemos que el Instituto de Virología de Wuhan está solo a unas pocas millas de donde estaba el mercado. Hay todavía muchas cosas por saber. Pero deben saber que el Gobierno de EE.UU. está trabajando diligentemente para resolver esto", aseveró Pompeo.  

Ante esto, los medios asiáticos dieron a conocer un nuevo estudio en el que se indica que el primer brote del coronavirus podría haberse originado al sur de China y no en Wuhan. Dicha investigación que aún sigue en proceso fue realizada por científicos de la Universidad de Cambridge y fue publicada en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).  

Uno de los participantes en este análisis, el genetista Peter Forster, aseguró al medio Cgtn.com, que, tras examinar una gran cantidad de cepas de todo el mundo, lograron calcular que el brote inicial ocurrió entre el 13 de septiembre y el 7 de diciembre de 2019 y no a finales de año como se había indicado antes.  

"Es demasiado pronto para decir que Wuhan es la fuente de COVID-19. El virus pudo haber mutado en su forma final 'humanamente eficiente' hace meses, pero se quedó dentro de un murciélago u otro animal, o incluso dentro de un humano durante varios meses sin infectar a otras personas. Luego, comenzó a infectar y propagarse entre los humanos entre el 13 de septiembre y el 7 de diciembre”, reseñó Forster, quien además añadió que sus cálculos tienen un 95% de posibilidades de ser correctos. 

Otros científicos avocados a buscar respuestas sobre este virus que ha dejado más de 150 mil personas muertas y más de dos millones contagiadas en el mundo, creen que el virus apareció en un murciélago que posiblemente fue vendido en un mercado en Wuhan, sin embargo, otros estudiosos de la materia indicaron que el primer paciente de COVID-19 no tenía ninguna conexión con dicho mercado de animales.  

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En una entrevista con la revista Scientific American, Shi Zhengli, uno de los principales expertos chinos en coronavirus de murciélago y vicedirector del laboratorio P4, dijo que el genoma del SARS-CoV-2 no concuerda con ninguno de los coronavirus de murciélago que su laboratorio estudió hasta ahora. 

Por su parte, la investigadora en bioseguridad del King's College de Londres, Filippa Lentzos, dijo a la AFP que, aunque no hay pruebas sobre la teoría del accidente en el laboratorio, tampoco hay "pruebas reales" de que el virus viniera del mercado. "Para mí el origen de la pandemia todavía es una pregunta sin respuesta", concluyó Lentzos. 

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