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Covid - 19, Nuevos contagios, Santa Marta, Magdalena
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El planeta superó el umbral de 300.000 decesos por el coronavirus, en medio de tensiones en la carrera para lograr una vacuna y los renovados ataques del presidente estadounidense, Donald Trump contra China.

En pleno año electoral, Trump aseguró en una entrevista que no descarta "romper toda relación" con China, a la que acusa de haber ocultado detalles clave del brote de coronavirus en diciembre, que podrían a su juicio haber evitado la muerte de centenares de miles de personas.

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"Ahora mismo no quiero hablar con él" declaró Trump en alusión al presidente, Xi Jinping.

"Hay muchas cosas que podríamos hacer. Podríamos cortar toda relación" con Pekín, añadió.

Estados Unidos, el país más afectado del mundo con más de 85.000 muertes, había acusado previamente a China de intentar espiar a sus investigadores dedicados a la lucha contra el nuevo coronavirus.

Según un balance de datos oficiales, hay 300.140 decesos y 4.403.714 casos de contagio.

El mundo ha emprendido con mucha aprensión y nervios la senda del desconfinamiento, y los países más afectados temen ante todo una segunda oleada de infecciones.

La COVID-19 gana terreno y provoca nerviosismo en los países más afectados en América Latina.

Ningún país "se está causando tanto daño a sí mismo como Brasil, un estrago institucional ya venía ocurriendo, pero ahora alcanzó los límites de la insensatez, está llevando al país al caos", opinó el vicepresidente de ese país, Hamilton Mourao, en un artículo en el diario Estadao de S. Paulo.

Brasil es el país más afectado por la pandemia en la región con más de 13.000 decesos.

En África, la pandemia no ha hecho tantos estragos como se temía y ha dejado menos de 2.500 muertos. Pero hay cada vez más indicios de que esta cifra es muy inferior a la real. 

El aumento significativo de muertes inexplicables en el norte de Nigeria, el país más poblado de África, aumenta los temores ante una gran propagación del coronavirus en esta región, una de las más pobres del mundo. 

El coronavirus es un desafío que no conoce fronteras, y la humanidad quizás tendrá que aprender a convivir con él, recordó la Organización Mundial de la Salud (OMS).

"Este virus puede volverse endémico en nuestras comunidades, puede que nunca desaparezca", declaró Michael Ryan, director de emergencias sanitarias de la institución.

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El nerviosismo también volvió a China: en Wuhan, donde brotó la COVID-19, las autoridades ordenaron nuevas pruebas de detección masivas ante la aparición de nuevos casos.

"Es algo bueno. Es una manera de ser responsable hacia los demás y hacia uno mismo", explicó un hombre, de 40 años de edad, tras completar el proceso por segunda vez en diez días.

Fuente

AFP

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