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Presidente Donald Trump
AFP

Las grandes empresas estadounidenses han condenado con total claridad el asalto al Capitolio protagonizado este miércoles por simpatizantes de Donald Trump y un grupo importante, incluso, ha pedido que se destituya al presidente saliente. 

La Asociación Nacional de Fabricantes, una influyente organización con sede en Washington y que representa a más de 14.000 compañías, defendió en un comunicado que el vicepresidente, Mike Pence, debería “considerar seriamente” invocar la enmienda 25 de la Constitución para inhabilitar a Trump por supuesta incapacidad para gobernar. 

“El presidente saliente incitó a la violencia en un intento para mantenerse en el poder y cualquier cargo electo que lo defiende está violando su juramento a la Constitución y rechazando la democracia en favor de la anarquía”, señaló su presidente, Jay Timmons.

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Timmons, antiguo directivo del Partido Republicano, subrayó que las denuncias de fraude electoral de Trump no tienen ninguna base y responsabilizó al mandatario y a su partido de lo sucedido. 

“Esto no es ley y orden. Esto es caos. Esto es la ley de la calle. Es peligroso. Esto es sedición y así debería tratarse”, insistió.

La Business Roundtable, que reúne a los máximos directivos de decenas de grandes empresas, aseguró este jueves que “la inexcusable violencia y caos de ayer en el Capitolio dejan claro que la perpetuación de la ficción de una elección presidencial fraudulenta por parte de cargos electos no es solo reprobable, sino también peligrosa para la democracia, sociedad y economía”. 

El mundo empresarial, que en su mayoría se ha visto beneficiado por las políticas de Trump, había guardado silencio en general durante los últimos años ante las polémicas que han rodeado a la Presidencia del republicano.

Sin embargo, en esta ocasión las críticas llegaron incluso por parte de algunas figuras empresariales próximas al propio Trump, como el jefe de Blackstone Group, Stephen Scharzman, quien consideró que “la insurrección que siguió a las palabras del presidente es lamentable y una afrenta a los valores democráticos”. 

El mayor banco del país, JPMorgan Chase, subrayó en un mensaje de su máximo responsable, James Dimon, que los líderes tienen la responsabilidad de exigir el fin de la violencia, aceptar los resultados electorales y apoyar una transición pacífica. 

También denunciaron lo sucedido en Washington los jefes de otras grandes entidades como Citigroup, Wells Fargo, Bank of America y Goldman Sachs. 

En el sector tecnológico, Sundar Pichai, el consejero delegado de Alphabet, matriz de Google, señaló que la “ilegalidad y violencia” vistas en el Capitolio son la “antítesis de la democracia”.

El jefe de Apple, Tim Cook, calificó el asalto al Capitolio de “triste y vergonzoso” y defendió que los “responsables de esta insurrección deben rendir cuentas”.

El consejero delegado de Facebook, Mark Zuckerberg, dijo estar “entristecido” por la violencia y subrayó que una transición pacífica en el Gobierno es “clave” y los líderes deben dar ejemplo, según un mensaje a la plantilla obtenido por The New York Times.

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Muchos sindicatos también se sumaron a las condenas, con la North America’s Building Trades Unions, que representa a más de 3 millones de empleados de la construcción, urgiendo a Trump y a varios senadores republicanos que presentaron objeciones a los resultados electorales a dimitir. 

“Pedimos una comisión bipartidista que investigue e identifique a todos los que planearon, financiaron y coordinaron este intento de golpe y que sean perseguidos por el Departamento de Justicia”, señaló en un comunicado el líder del sindicato, Sean McGarvey.

Fuente

EFE

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