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Siria
AFP

Hay una relativa calma en la provincia de Idlib, ciudad al noroeste de Siria, escenario de una encarnizada batalla de la que han salido desplazadas casi un millón de personas solo en los últimos tres meses. 

La calma es gracias a la entrada en vigor de un alto el fuego acordado entre Rusia y Turquía la semana pasada. El primer país apoya la permanencia en el poder en Siria de Bashar al Asad y el segundo apoya a grupos rebeldes que quieren sacarlo.

Pero en esta guerra, que inició en 2011, los afectados son sus propios ciudadanos. Al día de hoy, según ACNUR, hay 6,6 millones de personas desplazadas internamente, y 5,6 millones han huido de Siria desde el inicio de la guerra.

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RCN Radio habló con Manuel López, jefe de la misión de Médicos sin Fronteras en Siria, que por la situación debe coordinar las operaciones desde Jordania. López cuenta que estas personas han dejado sus casas,  sin importar la ubicación en el territorio, para huir hacia el noroeste de Siria, a Idlib, donde se han intensificado desde diciembre los combates. Ante esto, muchos "han tenido que moverse hasta 10 veces" en busca de refugio.

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[AUDIO] Médicos Sin Fronteras habla de los desplazados en Siria

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Lo cierto es que cada vez se hacen peores las condiciones de supervivencia en su propia tierra. Estos desplazados viven "a veces hacinados en campos pequeños, sin instalaciones sanitarias, sin letrinas, sin duchas, sin agua; encontramos enfermedades de la piel por culpa de las condiciones de vida; pero también por el invierno hay resfriado o enfermedades crónicas", dijo López. 

Y ni hablar de las mínimas condiciones de salud que tienen los desplazados, algo contra lo que luchan varias ONG como MSF. 

"Ha habido en estos últimos meses más de 60 hospitales y clínicas de atención primaria destruidos por los bombardeos. Son demasiados para que pueda ser considerado como una coincidencia, probablemente hay una premeditación, como apunta Naciones Unidas", señala el jefe de la Misión. 

Manuel confirmó además que las clínicas y hospitales no están abastecidas y que el personal médico ha sido objeto de violencia, muchas veces premedita; esto ha impulsado a muchos de ellos a huir del país, o ha sobrecargado a los que decidieron quedarse cumpliendo la misión humanitaria.  

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La preocupación de organizaciones como Médicos Sin Fronteras está en que aunque la guerra acabara hoy mismo, como le dijo Manuel López a RCN Radio, tomaría años reconstruir el país, y años para que los desplazados vuelvan a tener siquiera un hogar. 

La primera gran ofensiva lanzada por el gobierno sirio contra la región de Idlib remonta a fines de 2017. Fue seguida por otras dos, la última lanzada en diciembre pasado, pero todas han acabado en treguas no respetadas.

Un acuerdo cerrado entre Turquía y Rusia en septiembre de 2018 estableció la instauración de una zona "desmilitarizada" para evitar una ofensiva del régimen sirio. Tampoco ha sido respetado.

Desde entonces, el régimen de Asad sigue avanzando militarmente y, gracias al apoyo de la aviación rusa, ha logrado apoderarse de la mitad de la provincia de Idlib.

La escalada de los combates en Idlib causó tensiones diplomáticas entre Rusia, aliado de Siria, y Turquía, apoyo de los rebeldes, haciendo planear el riesgo de enfrentamiento directo entre los dos países que se han convertido en los principales actores internacionales en el conflicto sirio.

El ejército turco está desplegado en el norte de Siria desde 2016. Más de 50 soldados turcos han muerto desde febrero en enfrentamientos directos con el ejército sirio, o en bombardeos atribuidos al régimen. En represalia, bombardeos abatieron varios aviones sirios y causaron decenas de muertos entre los soldados sirios.

Fuente

Sistema Integrado de Información, con AFP

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