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Talibanes en Afganistán.
Talibanes en Afganistán.
AFP

Una nueva etapa en las conversaciones de paz iniciaron Estados Unidos con los Talibanes afganos, con el fin de llegar a un acuerdo que abriría la vía a una retirada de las tropas estadounidenses en Afganistán tras 18 años de intervención.

Las negociaciones se reanudan en la ciudad de Doha, la capital de Catar en la península del golfo Pérsico. Es la octava ronda de negociaciones en cumplimiento de una promesa de campaña de Donald Trump.

Washington trata de lograr un acuerdo político con los talibanes antes de las elecciones presidenciales afganas del 28 de septiembre. "Hemos hecho muchos progresos. Estamos hablando", aseguró Trump.

Según el Washington Post, la propuesta de acuerdo que está sobre la mesa prevé reducir el número de soldados estadounidenses en Afganistán de 14.000 a 8.000.

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Estados Unidos, con ayuda de sus aliados de la OTAN, lanzó una operación militar en Afganistán el 7 de octubre de 2001, menos de un mes después de sufrir los atentados del 11 de septiembre, para atacar a los grupos de Al Qaida y a su líder Osama bin Laden, a los que los talibanes daban refugio.

"Acuerdo de paz"

El acuerdo entre Washington y los talibanes abriría la vía a un diálogo "interafgano" entre los insurgentes y una delegación gubernamental afgana. Este debería celebrarse en agosto en Oslo, según fuentes diplomáticas.

Hasta ahora, los talibanes se habían negado a discutir con el gobierno, que consideran ilegítimo, a excepción de una reciente reunión en Doha en la que participaron representantes gubernamentales "a título personal".

"Buscamos un acuerdo de paz, no un acuerdo de retirada [de las tropas]: un acuerdo de paz que permita la retirada", insistió el viernes en Twitter Zalmay Khalilzad a su llegada a Doha.

"Nuestra presencia en Afganistán está sometida a condiciones y cualquier retirada estará sometida a condiciones", aseguró, después de haberse reunido con el primer ministro paquistaní, Imran Khan, en Islamabad.

Este encuentro, a principios de julio, concluyó con la promesa de una "hoja de ruta para la paz", que incluía el regreso de los desplazados y mencionaba los derechos de las mujeres en Afganistán, muchas de las cuales temen ser sacrificadas en aras de un compromiso con los insurgentes.

Para numerosos jóvenes afganos, estas negociaciones podrían acabar sin una verdadera paz. Temen que Washington, apurado por poner fin a la guerra más larga de la historia de Estados Unidos, concluya apresuradamente un acuerdo de retirada de sus tropas que permitiría a los insurgentes recobrar una forma de poder.

Después de que afirmaran en Doha su intención de reducir el número de víctimas civiles a "cero", los talibanes continuaron sus ataques.

El miércoles, al menos 34 personas, en su mayoría mujeres y niños, murieron cuando una bomba colocada por los insurgentes, según las autoridades, explotó al paso de su autobús.

El balance de julio es el más elevado desde mayo de 2017, con más de 1.500 civiles muertos o heridos, según la ONU, que consideró "inaceptable" que haya víctimas civiles.

Fuente

AFP

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