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Segundo debate demócrata
AFP

La segunda ronda de debates a la candidatura presidencial demócrata aclaró aún más los ejes de la contienda: el gran enemigo a batir es el exvicepresidente Joe Biden, sobre el que se concentran casi todos los ataques, y la grieta entre moderados y progresistas se recrudece día a día.

"Todo el mundo está hablando sobre lo terrible que soy en estos temas. Barack Obama sabía exactamente quien era yo. Me escogió y dijo que era la mejor decisión que había tomado", afirmó Biden en un momento del debate celebrado este miércoles en Detroit.

Lea aquí: Así transcurrió el debate demócrata en los Estados Unidos

El exvicepresidente de Obama había sido la diana de gran parte de sus rivales en el teatro Fox de Detroit, Michigan, en la noche del segundo debate demócrata con los senadores Kamala Harris y Cory Booker; el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio; y el exsecretario de Vivienda Julián Castro, además de otros cinco aspirantes.

Biden, el favorito por ahora en las encuestas para disputar la Casa Blanca en las elecciones del próximo año al actual presidente, el republicano Donald Trump, se presenta sin tapujos como el heredero del legado de Obama.

"En primer lugar, señor vicepresidente, no puedes tenerlo todo a la vez. Invocas al presidente Obama más que nadie en esta campaña. No puede hacerlo cuando es conveniente y luego esquivarlo cuando no", replicó Booker, senador afroamericano.

Durante más de dos horas cada día, y en dos noches consecutivas, los veinte aspirantes a la candidatura demócrata se enfrentaron en una nueva ronda de debates televisivos de lo que se presenta como una incierta batalla en el seno del partido que busca desbancar al republicano Donald Trump de la Casa Blanca.

Hace un mes lo hicieron en Miami, Florida, y en septiembre volverán a verse, esta vez en Houston, Texas.

Esto es solo el principio de un prolongado y agotador ciclo de primarias, ya que resta aún un año para la convención demócrata que se celebrará en Milwaukee, Wisconsin, en la que finalmente se elegirá al candidato del partido.

En la primera jornada, celebrada el martes, fueron los aspirantes más a la izquierda del espectro político quienes dominaron la discusión, los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren.

Ambos fueron directos y frontales en sus propuestas, e insistieron en las cuestiones más controvertidas: salud pública universal, algo hasta hace bien poco considerado tema tabú en la política estadounidense.

"No entiendo porqué alguien se toma todas las molestias para presentarse a presidente de Estados Unidos para hablar de lo que realmente no podemos hacer y por lo que no deberíamos luchar", dijo Warren en respuesta a que sus iniciativas eran demasiado ambiciosas y poco realistas.

Para los analistas, estas agudas diferencias en el seno de los demócratas son una de las principales amenazas a sus posibilidades de victoria en 2020.

"La separación entre el ala más izquierdista y los ultraprogresistas (Warren y Sanders) y el aparato del partido, especialmente Biden, y los demócratas es profunda e intensa (...) No tengo claro que todo pueda subsanarse para noviembre de 2020. Hillary Clinton fue derrotada por esas mismas divisiones en 2016", explicó Steffen Schmidt, profesor de ciencias políticas de la Universidad estatal de Iowa.

Mientras tanto, el presidente Trump, ávido espectador de televisión, comentó rápidamente los debates de los que saldrá su rival el próximo año en su red favorita, Twitter, para marcar distancias.

"La gente en el escenario anoche, y la pasada, no son los que 'Hagan Grande a Estados Unidos de Nuevo o Mantengan Grande a EE.UU.' Nuestro país está rompiendo récords en casi todas las categorías, desde la bolsa a las Fuerzas Armadas o el desempleo", afirmó.

"Pronto será el momento -dijo- de escoger entre consolidar y aumentar esa prosperidad y éxito, o dejarlo ir".

Para el profesor Schmidt, el presidente y su equipo de campaña están "muy contentos de ver cómo los demócratas se devoran mutuamente" con la propuesta de "políticas progresivas controvertidas que son impopulares entre muchos estadounidenses, como la descriminalización de la entrada ilegal a Estados Unidos o eliminar la opción de seguro médico privado".

También inmerso ya en campaña, Trump tiene previsto viajar esta tarde para ofrecer un mitin en Ohio, uno de los estados clave de cara a 2020.

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El circo político de las primarias electorales estadounidenses es, sin embargo, una carrera de fondo, por lo que las victorias temporales carecen de valor si no logran ser sostenidas.

El calendario político señala que aún quedan seis largos meses hasta que los aspirantes se vean por primera vez con las urnas, a comienzos de febrero, en los "caucus" de Iowa.

Fuente

EFE

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