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Kamala Harris y Joe Biden
AFP

Ante la popularidad del exvicepresidente Joe Biden, favorito para ser quien enfrente a Donald Trump en las elecciones presidenciales de 2020, poca atención se les ha puesto a otros candidatos que incluso pueden ser en términos discursivos, ideológicos y en propuestas de campaña, mucho más fuertes que Biden.

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Ese es el caso de la senadora por el estado de California, Kamala Harris, la única mujer negra en la contienda y quien en la segunda noche de debate demócrata, le robó el protagonismo al exvicepresidente e incluso, al que figura como segundo favorito en el partido demócrata, el senador por Vermont, Bernie Sanders.

Harris se fue contra Biden al recordarle haber trabajado con segregacionistas en el Senado años atrás. "Yo no creo que usted sea racista", comentó, "pero fue doloroso escucharlo hablar de dos senadores de Estados Unidos que construyeron su reputación y su carrera en la segregación racial".

Biden se defendió: "Eso es una descripción errónea de mi trabajo. Yo no elogié a los racistas". No obstante, fue suficiente para dejarlo sin más defensa que Kamala recordara que fue por esos segregacionista que se impuso que el transporte federal llevara a niños negros en buses separados. Una niña se iba en uno de esos autobuses a la escuela todos los días, “y esa niña era yo”, cerró Harris.

Tras el debate, Harris reiteró la importancia de haber confrontado a Biden en esta materia pues "si esos segregacionistas tuvieran su camino, yo no sería miembro del Senado de los Estados Unidos, y ciertamente no sería una candidata seria a la presidencia".

Harris también cuestionó a Biden por su actuación en materia migratoria cuando era vicepresidente en el Gobierno de Barack Obama (2009-2017), periodo en el que fueron deportados más de 3 millones de indocumentados.

Biden dijo que no quiere que los inmigrantes tengan miedo de reportar crímenes por temor a consecuencias migratorias.

Pero en esta segunda noche de debate demócrata, presentada en dos partes por la cantidad de candidatos interesados en llegar a la Casa Blanca, Biden fue atacado también por el congresista Eric Swalwell, quien le reprochó por no "pasar la antorcha" a una nueva generación política.

"Yo todavía estoy sosteniendo esta antorcha", dijo el exvicepresidente de Barack Obama, quien se presentó como la opción moderada y aseguró que su principal misión será "restablecer el alma del país" después del daño causado por Trump. 

El exvicepresidente no quiso entrar demasiado en polémica, pero Sanders, de 77 años, lo defendió al decir al congresista de 38 años que esto no es un "tema generacional", sino de quien tiene "agallas" de ir contra por Wall Street y las grandes empresas.

"Hay que tener las agallas para enfrentarse a Wall Street, las aseguradoras, las farmacéuticas, el ejército y la industria de combustibles fósiles", dijo Sanders.

El alcalde de la pequeña ciudad de South Bend, de Indiana, Pete Buttigieg, y sorpresa de esta campaña, insistió en la idea del relevo en su intervención final para pedir al electorado que lleven a Washington a una "nueva generación antes de que sea demasiado tarde".

Y a pesar de la defensa de Bernie Sanders a favor de Biden, el senador tuvo menos opciones de destacar pues la economía, uno de los ejes de su campaña socialdemócrata, pasó a segundo plano este jueves.

Pero tuvo tiempo para pedir una "revolución política" que permita cambiar un país en el que las tres personas más adineradas-Bill Gates, Jeff Bezos y Warren Buffett- poseen más riqueza que la mitad más pobre del país.

Ataques a Trump

Volvió a haber ataques a la reforma fiscal aprobada por el Gobierno de Trump y que, en opinión de muchos de los aspirantes, benefició mayoritariamente al 1 % más rico de la población.

Kamala Harris criticó a Trump por pavonearse del estado de la economía cuando hay personas en Estados Unidos que tienen que tener dos y tres trabajos para poder subsistir, mientras que Biden apostó por recuperar el voto de la clase media trabajadora, que se decantó por el republicano en 2016.

El presidente Trump, aunque se encuentra en la Cumbre del G20 en Osaka, Japón, estuvo atento al debate. En su Twitter dijo que había escuchado que "no fue un buen día para Sleepy Joe (Dormilon Joe) o Crazy Bernie (Loco Berni). Uno está agotado, el otro está loco, así que ¿cuál es el gran problema?"

Sistema de salud pública

En un debate mucho más desordenado que el del miércoles, con continuas interrupciones de los turnos de sus compañeros, el primer gran tema fue el sistema de salud público, que levantó polémica.

Sanders insistió en su plan para dar atención sanitaria universal, iniciativa a la que en los últimos meses se han ido sumando buena parte de los demócratas.

Sanders dijo que habrá "Medicare (seguro médico público) para todos" cuando la gente "se levante" contra las empresas farmacéuticas y aseguradoras de salud, al igual que en el pasado se hizo para lograr los derechos sociales.

Pero cuando el presentador preguntó quién estaba a favor de abolir los seguros privados, solo Sanders y Harris se mostraron a favor.

Biden defendió la reforma sanitaria conocida como Obamacare, programa que obligaba a la mayoría de los adultos a tener una cobertura y en el que él trabajo activamente.

"Estoy en contra de cualquier demócrata que quiera acabar con Obamacare", dijo rotundo sobre un apoyo a una reforma fiscal que contó con el respaldo del senador Michael Bennet, quien dijo que él avanzaría en cobertura partiendo de lo logrado por Obama.

En lo que todos coincidieron es que habría que incluir a los cerca de 11 millones de indocumentados en ese sistema público de salud. 

Desde Osaka, Trump criticó: "Todos los demócratas acaban de levantar la mano por dar a millones de extranjeros ilegales atención médica ilimitada. ¿Qué tal si cuidamos de los ciudadanos americanos primero? ¡Ese es el final de esa carrera!

Soluciones en migración

La crisis fronteriza, la detención de niños migrantes en condiciones pésimas y una fotografía impactante de un salvadoreño y su hija ahogados en el Río Bravo provocaron intercambios apasionados el miércoles y el jueves sobre las políticas de inmigración.

Kamala Harris, cuarta en los sondeos, dijo que lo primero que haría al asumir al gobierno sería devolver a los "dreamers" (jóvenes indocumentados criados en el país) un estatus legal y eliminar los centros de detención para inmigrantes.

De su lado, Biden concordó en que es "indignante" que los niños retenidos carezcan de pasta de dientes, jabón y un cambio de ropa limpia en los refugios para inmigrantes, el mayor de los cuales retiene a casi 3.000 niños. 

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"Esto es un problema hemisférico", dijo también Sanders, promoviendo junto a Biden la perspectiva de abordar el problema de la crisis migratoria en los países donde se origina el éxodo.

Fuente

Sistema integrado de Información con EFE y AFP

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