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Decenas de personas salieron a las calles para marchar, pidiendo justicia por el cruel asesinato de cinco jóvenes.
La manifestación se registró en el sector de la Avenida Cuidad de Cali con Calle 42, barrio Ciudad Córdoba.
Cortesía Alcaldía de Cali.

La Organización de Naciones Unidas documentó 33 masacres en lo que va del año en Colombia y este lunes expresó su "enérgica condena" por la espiral de violencia que envuelve al país.

Un comunicado conjunto de la ONU en el país y de la misión de verificación de la implementación del acuerdo de paz con las FARC indicó que estos hechos violentos "con serios impactos humanitarios" ocurren en territorios con presencia de grupos armados ilegales, economías subterráneas, pobreza y "una limitada presencia del Estado".

En la última semana, hubo al menos trece muertos en dos masacres.

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El sábado, al menos siete hombres y una mujer menores de 30 años fueron asesinados por sujetos armados que irrumpieron en una finca en donde celebraban un cumpleaños, en el municipio de Samaniego, Nariño (suroeste), informó a la AFP la policía.

En tanto, las autoridades hallaron el martes pasado los cadáveres de cinco adolescentes negros, entre los 14 y 16 años, en un cultivo de caña de azúcar de la ciudad de Cali.

Los grupos de delincuencia común u organizada serían autores del 78% de las masacres ocurridas este año en Colombia, en su gran mayoría (80%) en departamentos con "enclaves de producción ilegal de coca", detalló en Twitter la oficina de derechos humanos de la ONU.

La condena coincide con la alerta lanzada el domingo por autoridades colombianas y oenegés sobre el deterioro de la seguridad en el país, pese a las medidas de confinamiento decretadas para frenar la pandemia desde el 25 de marzo.

El mes pasado, Human Rights Watch (HRW) advirtió que los grupos armados ilegales han impuesto un régimen del terror en al menos once regiones de Colombia aprovechando la crisis del coronavirus para cometer todo tipo de abusos contra la población civil.

Una de esas regiones es Nariño, donde, según aseguró este domingo el director para las Américas de HRW, José Miguel Vivanco, operan las paramilitares Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), conocidas también como Clan del Golfo, y disidencias de las FARC, así como la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN).

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La ONU también ha registrado 41 asesinatos de excombatientes de las FARC en el primer semestre de 2020, un aumento de 10% en comparación con el mismo lapso del año anterior, e investiga 97 homicidios de defensores de derechos humanos este año.

El organismo internacional supervisa la implementación del acuerdo de paz firmado en 2016 con la otrora poderosa insurgencia marxista, que desarmó a unos 7.000 exguerrilleros.

Según la ONU, una masacre ocurre cuando tres o más personas son asesinadas en un mismo hecho y por un mismo perpetrador.

Aunque el acuerdo con las FARC disminuyó la violencia política, Colombia vive un conflicto entre guerrillas, paramilitares, narcotraficantes y agentes estatales que en más de casi seis décadas ha dejado unas nueve millones de víctimas.

El país sudamericano es el principal productor mundial de cocaína, con unas 154.000 hectáreas de hoja de coca sembradas en 2019, según la ONU.

 

Fuente

AFP y EFE

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