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Oposición egipcia rechaza diálogo con el presidente Mohamed Mursi

La principal coalición opositora egipcia rechazó un llamado del presidente Mohamed Mursi a un diálogo para solucionar la nueva crisis que atraviesa el país, calificándolo de propuesta "sin sentido", y exhortó a la población a manifestar en todo el país en los próximos días.

En un discurso enérgico, Mursi decretó el estado de emergencia en las provincias de Puerto Saíd, Suez e Ismailiya, tres ciudades a orillas del Canal de Suez, donde murieron unas 50 personas en enfrentamientos.

Mursi llamó además a las fuerzas políticas, tanto oficialistas como opositoras, a dialogar en el palacio presidencial de El Cairo.

Sin embargo, poco antes de la hora de encuentro, la principal fuerza de oposición, el Frente de Salvación Nacional (FSN), anunció que no participaba en ese diálogo.

Al mismo tiempo, el Senado egipcio aprobaba una ley que autoriza al presidente Mohamed Mursi a desplegar el ejército en las calles para participar junto a la policía en el mantenimiento del orden.

Esta ley, que Mursi había anunciado el domingo, permite al ejército "apoyar a los servicios policiales en el mantenimiento del orden y la protección de las instalaciones vitales del Estado hasta el fin de las elecciones legislativas y cada vez que lo pida el Consejo de Defensa Nacional", presidido por el presidente.

En El Cairo, una persona murió por un disparo de perdigones en los enfrentamientos que se produjeron por quinto día consecutivo entre manifestantes y policías en los alrededores de la Plaza Tahrir.

"No participaremos en un diálogo sin sentido", afirmó en una conferencia de prensa Mohamed El Baradei, principal dirigente FSN, formado por varios movimientos y partidos liberales y de izquierda.

"En el FSN estamos totalmente de acuerdo. Hay que solucionar la raíz del problema, no sólo los síntomas", dijo El Baradei.

El FSN exige que Mursi asuma la responsabilidad de la violencia de los últimos días, en el cual murieron 47 personas, y reclama la formación de un gobierno de unidad nacional, indicó por su lado Hamdeen Sabbahi, dirigente del FSN, y tercer candidato más votado de la elección presidencial del año pasado.

En un comunicado, el FSN llamó al "pueblo a salir a todas las plazas Tahrir el próximo 1º de febrero (...) para realizar los objetivos de la revolución" y protestar contra la muerte de decenas de egipcios en los enfrentamientos de los últimos días.

El llamado a manifestar se conoció inmediatamente después de que los principales dirigentes hubieran rechazado el diálogo nacional propuesto por Mursi.

Los enfrentamientos más mortíferos tuvieron lugar en Puerto Saíd donde murieron 37 personas.

Los muertos se registraron en los incidentes consecutivos a la condena a la pena de muerte de 21 hinchas del club de fútbol local Al Mlasry implicados en los desmanes que causaron la muerte de 74 personas en un estadio de fútbol.

La Casa Blanca condenó "fuertemente" la violencia en Egipto e instó a un diálogo pacífico.

"Condenamos fuertemente la reciente violencia en varias ciudades egipcias. Instamos a que todos los egipcios se expresen pacíficamente y esperamos que los líderes egipcios dejen en claro que la violencia no es aceptable", dijo el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney.

La violencia de los últimos días refleja la profunda división del país pero también la hostilidad persistente de la población hacia la policía acusada de violar sistemáticamente los derechos humanos.

Mursi amenazó con adoptar otras medidas excepcionales si persistía la violencia.

Sin embargo, los habitantes de Puerto Saíd desafiaron el estado de emergencia y el toque de queda impuestos por el gobierno.

La violencia registrada en los últimos cinco días es la más mortífera que haya verificado Egipto desde la elección de Mursi, primer presidente islamista, en junio pasado.