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Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, en el Palacio de Miraflores, en Caracas
Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, en el Palacio de Miraflores, en Caracas
AFP

El 10 de enero de 2019 comienza una nueva etapa de la 'revolución', la misma que ha gobernado a Venezuela por 20 años, los últimos cinco por Nicolás Maduro, quien desde este jueves arranca su segundo mandato en medio de duras críticas por la extenuante crisis y por sus visos de ilegitimidad.

En las calles de Caracas se vive una aparente normalidad, en medio de las ya acostumbradas vicisitudes por la creciente hiperinflación, fallas en los servicios públicos y de transporte sin apartar la pugna política. 

Hastiados, anómicos y hasta indiferentes se muestran muchos venezolanos, que en una sola voz exigen que la crisis, que los agobia desde hace unos cuatro años, se resuelva. La mayoría no cree que un nuevo gobierno de Nicolás Maduro lo pueda hacer.

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“Espero que este gobierno cambie porque está acabando con el pueblo (…) tiene 18 años destruyéndolo, no va a ser él quien lo arregle”, dijo Ángel Juárez, vendedor informal de golosinas en el transitado Bulevar de Sabana Grande.  

Coincide con él Taurín Torres, médico cirujano, quien aseguró que “ya todo el mundo sabe que esto va ser peor, está muy difícil confiar, porque tenemos 20 años calándonos esto”. 

Su opinión es similar a la de Verónica Muñoz, estudiante de Filosofía, quien vaticina que “el estado de transigencia que se ha estado viviendo no permite que suceda nada (…) creo que va a seguir como en pausa el país”.

Ambas piden no olvidar que una de las consecuencias de esta crisis ha sido la migración, calculada en más de tres millones de venezolanos que están fuera de Venezuela, según la ONU.

“Todo el mundo está queriéndose ir del país, en mi caso me voy también porque no vale la pena seguir luchando (…) soy profesional de salud y es imposible vivir con el sueldo que tenemos estando dolarizados”, agregó Torres, mientras que Muñoz señaló que “es increíble la fuga de cerebros justamente por el tema económico”.

No son distintas las reacciones de los que se declaran 'chavistas', que, a pesar de mostrar su respaldo a Nicolás Maduro, consideran que se deben tomar medidas para salir de un panorama que califican como “difícil”.

“Debería de cambiar, pero como se ve que muchos países están en contra no se sabe cómo venga la situación, para nosotros está mal”, indicó Alicia García, quien se identifica con la revolución.

Luis Duque, por su parte, destacó que “hay un descontento general”, por lo que pondera la necesidad de “cambios económicos” y que se acaben “las excusas por confrontación”.

Aún más claro fue Julio Carrillo, un adulto mayor dedicado a la venta de helados, quien enfatizó que “el pueblo está con Maduro”. Sin embargo, dijo que lo que ofrece lo debe cumplir, "porque si no lo lo hace está jodido”.

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En el ámbito político la legitimidad de Maduro, reelecto en polémicas elecciones el pasado 20 de mayo, es otro de los puntos que se ponen sobre la mesa, principalmente por el desconocimiento creciente en el orden internacional. 

Una situación que no es una nimiedad para José Guerra, integrante de la Comisión de Finanzas del Parlamento, de mayoría opositora, pues considera que la maniobrabilidad del gobierno de Maduro se comenzará a achicar.

“Los principales países con los cuales Venezuela comercia tienen la política de no reconocer al gobierno de Nicolás Maduro y esto tiene un efecto inmediato y es que se va a estrechar el problema del financiamiento externo y el gobierno tendrá que comprar prácticamente los productos de contado a menos que negocie con China y Rusia y esto crea una serie de dificultades para Venezuela”, adelantó.

Sin embargo, el presidente de la oficialista Asamblea Constituyente, Diosdado Cabello, ratificó que Nicolás Maduro iniciará su nuevo período de gobierno “porque ganó en unas elecciones (…) no es problema nuestro que la derecha no haya participado”.

Respaldó además la posición del mandatario venezolano ante la posibilidad de que las embajadas que funcionan en Venezuela retiren su personal después del 10 de enero. “Quien se quiera ir que se vaya, pero se llevan todo”, remarcó. 

Por: Saúl Noriega

Fuente

Sistema Integrado de Información

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