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Policía identifica al atacante de Londres como Khalid Masood, de 52 años de origen británico

El atacante que mató a tres personas y dejó 29 heridos en Londres antes de ser abatido por la Policía ha sido identificado como Khalid Masood, de 52 años, informó Scotland Yard.

Foto AFP



El atacante que mató a tres personas y dejó 29 heridos en Londres antes de ser abatido por la Policía ha sido identificado como Khalid Masood, de 52 años, informó Scotland Yard.

Scotland Yard informó de que Masood, nacido en el condado de Kent (sureste de Inglaterra), tenía antecedentes por agresiones violentas y posesión de armas, pero no por cuestiones relacionadas con el terrorismo.

Masood no estaba actualmente bajo investigación policial y no existía información de inteligencia que apuntara a que estaba preparando un ataque terrorista.

Su primera condena se remonta a 1983, por "daños criminales", y el último antecedente que aparece en las fichas de la policía es de 2003, por posesión de un arma blanca.

Las fuerzas de seguridad creen que Masood era el conductor que se abalanzó ayer miércoles a bordo de un vehículo todoterreno contra la multitud que caminaba por el puente de Westminster y apuñaló después a un policía que custodiaba el Parlamento británico.

Masood vivía en la actualidad en West Midlands, el condado del centro de Inglaterra donde se encuentra la ciudad de Birmingham, según Scotland Yard.

El Estado Islámico asume la autoría del atentado de Londres


El grupo terrorista Estado Islámico (EI) asumió la autoría del atentado de ayer en Londres a través de un comunicado difundido por la agencia de noticias Amaq, próxima a los yihadistas.

El comunicado, difundido a través de redes sociales y cuya veracidad no ha podido ser comprobada, identificó al autor del ataque como un "soldado" del EI.

La agencia, que cita "una fuente de seguridad", afirmó que el agresor realizó la operación "en respuesta" al llamamiento del grupo yihadista a cometer ataques contra los ciudadanos de los países que forman parte de la "alianza" contra el terrorismo.

La nota de Amaq, que suele divulgar comunicados del EI reivindicando la autoría de atentados, no aportó más detalles sobre el atacante de Londres.

Lo cierto es que Londres se despertó hoy en medio de la conmoción y una calma tensa tras el atentado.
Los alrededores de las Casas del Parlamento, donde se encuentra el Big Ben, continúan acordonados y sigue cerrada la estación de metro de Westminster, que da acceso a la sede del legislativo y a la calle ministerial de Whitehall, el "corazón del poder" en el Reino Unido.

En un ambiente lóbrego y entre una gran presencia policial, los diputados reanudaron la actividad parlamentaria en la Cámara de los Comunes, fieles al típico lema británico de que hay que permanecer "abiertos a los negocios", y lo hicieron guardando un minuto de silencio en memoria de las víctimas.

Las banderas ondean a media asta en la residencia y despacho oficial de la primera ministra, Theresa May, en el número 10 de Downing Street, así como en la sede central de la Policía Metropolitana de Londres.

El puente de Westminster, normalmente un hervidero de turistas haciéndose selfis y mirando el Big Ben, está desierto, aún visibles las manchas de sangre de las personas que ayer murieron o resultaron heridas al ser arrolladas por el agresor, cuya identidad todavía se desconoce, aunque las fotos de la prensa muestran a un varón de mediana edad y rasgos aparentemente asiáticos.

Tras la agitación de ayer, los londinenses, muchos de ellos informándose en el metro a través de periódicos gratuitos, asimilan hoy el verdadero significado de lo ocurrido, el atentado que todo el mundo temía y, como ha dicho la Policía, finalmente "se ha materializado".

Numerosos policías patrullan la ciudad, muchos de ellos de uniforme o de paisano en el transporte público, y todas los medios de comunicación se centran en la noticia del día, a la espera de que la Policía revele más detalles de la trama terrorista.

También se destaca el papel del diputado conservador Tobias Ellwood, un exmilitar que acudió en auxilio del policía apuñalado por el terrorista, al que practicó infructuosamente el boca a boca.

Según las últimas cifras, el atentado ha dejado de momento cuatro muertes, entre ellas la del agresor, y al menos 29 heridos, de los cuales siete se encuentran en "estado crítico".

Los otros tres fallecidos son el policía de 48 años Keith Palmer, que murió apuñalado al tratar de frenar al terrorista cuando trataba de acceder al Parlamento, una mujer de entre 40 y 50 años de origen gallego, que ha sido identificada como Aysha Frade, y un hombre de entre 50 y 60 años, que murieron tras ser arrollados por el terrorista en el puente de Westminster.

El colegio de secundaria londinense donde trabajaba Frade dijo hoy que la fallecida era "muy querida y valorada" por estudiantes y personal del centro, mientras que también hubo elogios para el agente Palmer, de 48 años.

Ocho personas han sido detenidas en el registro de seis domicilios en Londres, Birmingham y otros lugares del país no especificados en relación con el atentando, según el jefe de la unidad antiterrorista de la Policía, Mark Rowley, que ha señalado que hasta la fecha no se han detectado indicios que apunten a "nuevas amenazas" terroristas.

El alcalde de Londres, el laborista Sadiq Khan, ha convocado una vigilia con velas en la céntrica plaza de Trafalgar en solidaridad con las víctimas del atentando.

Brendan Cox, el marido de la diputada laborista Jo Cox, que fue asesinada el año pasado por un extremista de ultraderecha, instó a recordar a los afectados, como el policía Keith Palmer, en lugar de centrarse en el agresor.

"No me importa el nombre del atacante. Este es el nombre que recordaré", tuiteó Cox.

Por EFE