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AFP

Se cumple una semana compleja en materia política y de orden público en Perú tras la destitución del expresidente Pedro Castillo, que derivó en su detención y decenas de protestas violentas en varias regiones del país.

El exmandatario anunció la disolución del Congreso minutos antes de ser destituido y detenido, al igual que la instauración de un gobierno de emergencia, según él, en atención al reclamo ciudadano a lo largo y ancho del país. 

''Disolver temporalmente el Congreso de la República e instaurar un gobierno de emergencia excepcional, convocar en el mas breve plazo a elecciones para un nuevo Congreso con facultades constituyentes, hasta entonces se gobernara mediante decretos ley'', aseguró Pedro Castillo en su momento.

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Sin embargo, el pleno del Congreso lo destituyó con 101 votos a favor y afirmó que la entonces vicepresidenta Dina Boluarte, asumiría el puesto de presidenta tal y como lo contempla la ley. 

Entre anuncios, descontentos y protestas que se hacían cada vez más grandes, la Policía Nacional de Perú anunció que había detenido a Castillo por intento de autogolpe, mientras se encontraba de camino a la embajada de México donde había pedido asilo político. 

Entre tanto, Dina Boluarte se juramentó ese siete de diciembre como la primera presidenta de Perú ante el Congreso y señaló que "asumo el cargo de presidenta constitucional de la República, siendo consciente de la enorme responsabilidad me toca... mi primera invocación es convocar a la más amplia unidad de todas y todos los peruanos".

Por su parte, cientos de peruanos salieron a alzar su voz contra la nueva mandataria afirmando que los había ''traicionado'' y exigiendo una nueva jornada de elecciones presidenciales en ese país. 

Al cumplirse una semana, las autoridades reportan siete muertos como consecuencia de las violentas jornadas en varias regiones de Perú, además de una gran cantidad de heridos en las refriegas tras la toma de aeropuertos, empresas saqueadas, vías bloqueadas y medios de comunicación afectados. 

Por otro lado, Colombía, México, Argentina, Bolivia, emitieron un comunicado conjunto, en el que reconocieron a Pedro Castillo como presidente, mientras Dina Boluarte anunció que hablará directamente con los mandatarios para aclarar la coyuntura del país. 

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Por su parte, Pedro Castillo sigue detenido y la Fiscalía de ese país pidió una detención de 18 meses en su contra por el intento de autogolpe, mientras las autoridades judiciales evalúan dicha solicitud.

Desde presión, Castillo ha dicho que ha varios intereses detrás de su destitución y culpó a varias personas de los sucedido, entre ellas a la actual mandataría. ''No renunciare, ni abandonaré esta causa popular'', ha indicado el expresidente de Perú.

 

Fuente

Sistema Integrado de Información

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