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Reino Unido apela a la cooperación al iniciar la cuenta atrás para la salida de la UE

Foto AFP


La primera ministra británica, Theresa May, apeló al espíritu de cooperación con la Unión Europea (UE) al comenzar la cuenta atrás para la retirada del Reino Unido del bloque, un proceso que calificó de "histórico" y "sin retorno".


En un tono conciliador, la líder conservadora confirmó al Parlamento que el Reino Unido ha invocado el artículo 50 del Tratado de Lisboa, que inicia los dos años de negociaciones formales sobre los términos del "divorcio" británico, que se materializará, si no hay una extensión de las conversaciones, el 29 de marzo de 2019.


Con su misiva -entregada hoy en Bruselas por el embajador del Reino Unido en la UE, Tim Barrow, al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk-, May trasladó a Bruselas la voluntad expresada por los británicos en el referéndum del pasado 23 de junio, en el que votaron por poner fin a sus 44 años de participación en la UE.


A diferencia del carácter casi desafiante mostrado por la "premier" en los últimos meses, May ofreció hoy alcanzar los términos de la retirada de "manera ordenada", con la "menor alteración" posible para ambas partes, pero con la meta puesta en construir una "nueva relación especial y profunda".


La jefa del Gobierno calificó de "punto de inflexión" y "trascendental" el proceso iniciado hoy, considerado como uno de los más importantes que toma el Reino Unido desde la II Guerra Mundial.



Además de prometer resolver "lo antes posible" la situación legal de los comunitarios que viven en el Reino Unido, May dijo que ha llegado la hora de dejar atrás las divisiones surgidas tras el plebiscito, para "unir" al país y buscar el mejor acuerdo posible.


Desde la oposición en la Cámara, su líder, el laborista, Jeremy Corbyn, avisó de que no alcanzar un acuerdo con Bruselas sería "un fracaso nacional de proporciones históricas" y reclamó la necesidad de asegurar la "protección para los empleos y los estándares de vida" de los ciudadanos.


En los Comunes, May afirmó que "ahora que la decisión de dejar la UE se ha tomado, es el momento de unirnos", e hizo hincapié en que negociará como un "único Reino Unido", pero teniendo en cuenta "los intereses de todas las regiones (Inglaterra, Escocia, Irlanda del Norte)", en clara referencia a los objetivos independentistas del Gobierno autónomo escocés de Nicola Sturgeon.


"Vamos a tomar nuestras propias decisiones y leyes, vamos asumir el control de las cosas que nos importan más, y vamos a aprovechar esta oportunidad para construir un Reino Unido más fuerte, más justo", dijo May quince minutos después de que Barrow hiciera entrega de la misiva, de seis folios.


Aunque ofreció una "cooperación sincera" a los Veintisiete, la primera ministra fue firme al advertir en su carta de que el "fracaso" en alcanzar un acuerdo puede tener consecuencias en la lucha contra el terrorismo y el delito, que pueden "verse debilitados".


"Queremos ser capaces de acordar una relación profunda y especial" con una Unión Europea "que se mantenga fuerte y próspera y que pueda liderar el mundo, proyectando sus valores", agregó.


También traslada a Bruselas su interés en establecer un periodo de transición para evitar que una ruptura abrupta de las relaciones suponga un "precipicio" para las empresas y los individuos.


"Las personas y las empresas en ambos lados -dice-, en el Reino Unido y la Unión Europea, se beneficiarían de un periodo de implementación que permita un ajuste suave y ordenado a las nuevas disposiciones".


En la carta, May presenta varios principios que deben guiar las conversaciones con los Veintisiete, entre los que figura la intención del Gobierno de aumentar el poder de decisión de las administraciones autónomas, en respuesta al reclamo de otro referéndum de escisión escocesa y la petición de los norirlandeses de mantener una frontera abierta con sus vecinos del sur.




[imagewp:332764] Protestas en Londres / Foto AFP

Además, la misiva subraya que el Reino Unido buscará un "amplio acuerdo en seguridad" con sus todavía socios comunitarios tras su salida, así como en crear un entorno favorable para construir una nueva relación comercial con la Unión.


"Entendemos que habrá consecuencias para el Reino Unido al dejar la Unión Europea: Sabemos que perderemos influencia sobre las normas que regulan la economía", admite May.


Al mismo tiempo, abogó por continuar trabajando juntos para proteger "nuestros valores europeos compartidos" y recalcó, sobre todo, que "el mundo necesita los valores liberales y democráticos de Europa".


RCN Radio con EFE