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Exministro de justicia de Brasil, Sergio Moro, junto al presidente Jair Bolsonaro
Exministro de justicia de Brasil, Sergio Moro, junto al presidente Jair Bolsonaro.
AFP

El presidente brasileño, Jair Bolsonaro, negó este viernes que esté buscando interferir en asuntos judiciales y achacó esas acusaciones a cálculos de su ahora exministro de Justicia, Sergio Moro, movido por su "ego" y por la ambición de ser nombrado miembro de la Corte Suprema.

"Se habla de una interferencia mía en la Policía Federal, pero si puedo cambiar un ministro, por qué no puedo cambiar al director de la Policía Federal sin pedirle autorización a nadie", planteó el mandatario, quien, acompañado por muchos de sus ministros, afirmó que Moro probó que "tenía un compromiso con él mismo, con su ego y no con Brasil".

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Moro renunció a su cargo este viernes tras la decisión del jefe de Estado de destituir al comisario Mauricio Valeixo de la dirección de la Policía Federal, con la que estuvo en absoluto desacuerdo, y en su despedida insinuó que Bolsonaro pretendía "interferir" en la lucha contra la corrupción, a cargo de ese organismo policial.

"Desafortunada, o afortunadamente, Moro resolvió convocar una conferencia de prensa para hacer acusaciones infundadas", dijo Bolsonaro.

El mandatario recordó que Moro, quien se convirtió en una suerte de "paladín" de la justicia como responsable de la operación Lava Jato, que llevó a prisión a decenas de políticos y empresarios, inclutendo al expresidente Lula da Silva, no estuvo a su lado en la campaña para las elecciones de 2018, en las que se impuso en segunda vuelta.

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"No quería valerme de su prestigio para ganar las elecciones", indicó, quien admitió que le garantizó a Moro "autonomía" en su cargo de ministro, aunque aclaró que eso no significaba darle "soberanía" en todas las decisiones.

Bolsonaro reveló que "con el tiempo" se fue "decepcionando" con Moro, sobre quien dijo que parecía estar más "preocupado con saber quién mató a Marielle" Franco, concejala de Río de Janeiro asesinada en 2018, que por investigar el atentado a cuchillo de que él mismo fue víctima durante la campaña electoral de ese mismo año.

El gobernante negó que haya obstaculizado la lucha anticorrupción o que haya intentado interferir en procesos que investigan supuestas irregularidades en las que habrían incurrido dos de sus hijos: el senador Flavio y el concejal de Río de Janeiro, Carlos Bolsonaro.

"Nunca pedí blindar a nadie de mi familia. Jamás haría eso", dijo visiblemente irritado, y agregó que desde que asumió el poder, en enero de 2019, "intereses poderosos se levantaron" en su contra por su decisión de "luchar contra un sistema" basado en la corrupción.

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"Moro dijo que tiene un nombre que cuidar. Yo tengo a Brasil para cuidar" e "hice un juramento de dar la vida por mi patria", afirmó.

Lamentó también que Moro, como ministro de Justicia, se hubiera negado a tomar una posición en contra de las cuarentenas para frenar al coronavirus y frente a las restricciones a la circulación de personas impuestas por gobernadores y alcaldes, que el mandatario censura.

"Tenía que dar la cara" pero "su respuesta fue el silencio", acusó Bolsonaro, quien insistió en que una autoridad "no puede cercenar el derecho de las personas a ir y venir".

También dijo que el exjuez Moro, "lamentablemente, era un ministro desarmamentista", que se opuso a la liberación de la venta de armas y de municiones promovida por su Gobierno.

"Aquellos que están en el Gobierno tienen que estar conmigo", concluyó Bolsonaro, cuyo pronunciamiento fue acompañado en muchas ciudades de Brasil por sonoros cacelorazos, como los que se escuchan desde hace semanas en desaprobación a su gestión de la crisis causada por el coronavirus.

Asimismo, acusó al exmagistrado de estar dispuesto a aceptar el cese de Valeixo, siempre y cuando le fuese garantizada una silla en el Tribunal Supremo de Brasil a finales de este año.

En Twitter, Moro desmintió al presidente y aseveró que esa nominación "nunca" fue puesta encima de la mesa "como moneda de cambio".

Fuente

EFE y AFP

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