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Gordon Sondland, embajador de EE.UU. en la UE
Gordon Sondland, embajador de EE.UU. en la UE.
AFP

El embajador Gordon Sondland, quien tenía acceso directo al presidente Donald Trump y se ha revelado como pieza clave del escándalo ucraniano por el que el mandatario estadounidense es investigado con miras a un juicio político, comparece este miércoles ante el Congreso. 

El embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea, dijo en la audiencia en el Congreso que seguía las órdenes del presidente Donald Trump sobre Ucrania, y que el mandatario condicionó un encuentro con su homólogo de Kiev, el presidente Volodímir Zlensky ,a una investigación sobre su rival demócrata Joe Biden.

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"Nosotros seguíamos las órdenes del presidente", dijo el diplomático en una declaración leída previa al interrogatorio de los congresistas como parte de la investigación previa a un eventual proceso de destitución de Trump en la Cámara de Representantes.

Asimismo, dijo que Trump ordenó, a través de su abogado personal, Rudy Giuliani, el "quid pro quo" a Ucrania, al condicionar la ayuda militar al país a una investigación sobre la familia del exvicepresidente Biden.

"El señor Giuliani estaba expresando los deseos del presidente de Estados Unidos, y sabíamos que estas investigaciones (sobre Biden) eran importantes para el presidente", dirá Sondland, según su testimonio en la comparecencia.

Testimonio clave

En primer lugar, este hombre de negocios nombrado embajador tras haber financiado los festejos por la asunción de Trump, es un testigo directo, que abordaba con frecuencia junto al presidente estadounidense asuntos sobre su política con Ucrania. Uno de los argumentos de la defensa de los republicanos es la existencia de una serie de testimonios de segunda mano en el marco de la investigación.

También porque Sondland ha acusado hasta ahora algunos problemas de memoria.

En su primera comparecencia, a mediados de octubre a puertas cerradas, el embajador aseguró bajo juramento "no haber participado" en acciones que buscaran "congelar la ayuda con el fin de presionar" a Kiev, estimando además que tal actitud sería "inapropiada" si tenía como fin "influenciar una elección estadounidense".

En esa misma audiencia, también recurrió decenas de veces a la fórmula "no me acuerdo" para responder las preguntas de los legisladores.

"¿Va a lanzar la investigación?"

Desde entonces, otros testigos le han dado a Sondland un papel central en la trama. Reportaron que fue él quien condicionó ante responsables ucranianos una futura invitación a Zelenski a la Casa Blanca al lanzamiento de investigaciones sobre el exvicepresidente Biden y su hijo Hunter, entonces miembro de la directiva del grupo gasífero ucraniano Burisma.

También contaron cómo luego Sondland, el 1 de septiembre, explicó claramente los términos del acuerdo a Andreï Yermak, consejero próximo del presidente ucraniano: cero ayuda de seguridad sin las investigaciones a Burisma.

Esos testimonios refrescaron la memoria de Sondland, quien envió entonces un escrito para complementar su deposición inicial. "Recuerdo ahora haber hablado, aparte, con Yermak para decirle que la reanudación de la ayuda estadounidense no llegaría sin duda hasta que Ucrania hiciera una declaración pública contra la corrupción de la que habíamos hablado por varias semanas", precisó.

Pero Sondland no dijo claramente a los legisladores que la orden venía de Trump. Otros testigos incluso aseguraron que él mismo les dijo que tal era el caso y los demócratas intentarán confirmar esto en directo.

Aunque el embajador se ha cuidado de precisar que el presidente siempre le dijo que no había ningún fin electoral, el campo republicano ya comenzó a minimizar la importancia de la relación entre los dos hombres.

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El propio Trump ha asegurado que su llamada con el mandatario ucraniano fue "perfecta" y la Casa Blanca denunció un intento de "golpe de Estado" por parte de los demócratas.

Si bien estos últimos, que tienen el control de la Cámara de Representantes, serían los encargados de acusar al presidente en el marco del impeachment, la última palabra vendría del Senado -de mayoría republicana-, por lo que de momento una destitución resulta bastante improbable.

Fuente

AFP Y EFE

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