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Donald Trump y Mette Frederiksen
Primera ministra danesa, Mette Frederiksen y el presidente de EE.UU., Donald Trump.
AFP

La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, se mostró este miércoles "sorprendida" por la suspensión de la visita a Dinamarca del presidente Donald Trump, tras la negativa a abordar la venta de Groenlandia, pero dijo que no afectará a la relación entre ambos países.

"Por supuesto que me apena y me sorprende que el presidente de Estados Unidos haya cancelado su visita", dijo en rueda de prensa Frederiksen, que señaló además que mantuvo la invitación a Trump en el futuro y resaltó la necesidad de reforzar la cooperación, sobre todo en el Ártico.

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Trump había anunciado horas antes en Twitter que posponía de forma indefinida la visita a Dinamarca, prevista para el 2 y 3 de septiembre, por el rechazo mostrado por Copenhague días atrás a discutir la compra del territorio autónomo de Groenlandia, que él considera "estratégicamente interesante".

Frederiksen resaltó que Estados Unidos es "uno de los países con los que Dinamarca mantiene una relación muy estrecha" y que es su "aliado más importante en política de seguridad". A ninguno de los dos países les interesa una crisis, argumentó la primera ministra que, sin embargo, reiteró su posición sobre la cuestión de Groenlandia.

"Ha habido una discusión sobre una potencial venta de Groenlandia. Esa posibilidad ha sido rechazada por el presidente groenlandés, Kim Kielsen. Y yo apoyo ese rechazo", dijo Frederiksen, quien llegó este miércoles a Dinamarca procedente de Islandia, donde había participado el martes en una reunión del Consejo Nórdico.

Mientras la Casa Real danesa se limitó a señalar su "sorpresa" por la suspensión, políticos de los principales partidos condenaron lo que consideraron una "ofensa" a Dinamarca y a la reina Margarita II, que hizo la invitación oficial a Trump, e incluso hablaron de crisis diplomática.

La polémica sobre Groenlandia surgió hace cinco días, cuando varios medios estadounidenses filtraron el interés de Trump en comprar esta isla de más de dos millones de kilómetros cuadrados (el 80 % cubierto de hielo) y 56.000 habitantes, en la que Estados Unidos posee una base militar.

La noticia fue recibida como una broma por la clase política danesa, mientras el Gobierno groenlandés rechazó esa posibilidad.

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Trump confirmó días después los rumores, admitiendo que "surgió el concepto" y que consideró la propuesta es "estratégicamente" interesante, aunque aclarando que no era un asunto que esté en primer plano.

Durante una visita a Groenlandia el pasado domingo, Frederiksen aseguró que la isla no está en venta y calificó la discusión de absurda.

Fuente

EFE

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