Atentado con cilindros bomba puso en riesgo a 80 niños de Arauca: Defensoría 

El defensor del Pueblo Carlos Camargo, rechazó el atentado perpetrado por grupos armados ilegales en inmediaciones de la institución educativa Semilleros de Paz en la que permanecían 80 niños, en momentos en los que explotaron los cilindros bomba. 

Al mismo tiempo, aseguró que "los colegios no son centros de operaciones para la guerra" e indicó que lo ocurrido en el municipio de Saravena en Arauca, es una vulneración del Derecho Internacional Humanitario y de los Derechos Humanos.

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Según se conoció mientras los niños, niñas y adolescentes recibían las clases dentro de la institución, a dos metros del lugar desconocidos instalaban rampas con cilindros bomba, los cuales finalmente fueron activados causando daños en el barrio Los Alpes.

De acuerdo con la investigación de las autoridades pretendían atacar a una patrulla de la Policía Nacional.  

"El mayor riesgo lo enfrentaron 20 menores de edad que estaban en el patio en clase de educación física", señaló el defensor Camargo Assis. 

Tras la explosión que se registró en la tarde del pasado lunes en el barrio Los Alpes, tres menores de edad y una mujer resultaron con graves lesiones en sus piernas y fueron trasladados al hospital de Saravena. 

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Una comisión humanitaria de la Defensoría del Pueblo se desplazó hasta la zona y pudo constatar las fuertes repercusiones de la explosión; a raíz de lo sucedido se suspendieron las clases que hace poco se habían reiniciado luego de las restricciones derivadas por la covid -19. 
 
“Rechazamos de manera contundente el actuar de este grupo armado ilegal. Esta cobarde acción contraviene abiertamente los postulados más básicos del Derecho Internacional Humanitario (DIH) y pone en riesgo los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes y de todos los habitantes del sector. Los colegios no son centro de operaciones para la guerra”, dijo Camargo. 
 
Finalmente aseguró que, "lo más importante es la vida de nuestros niños, niñas y adolescentes a quien debemos proteger bajo cualquier circunstancia y no inmiscuirlos en el conflicto. También hay que considerar que la integridad estructural de los colegios es fundamental para garantizar el derecho a la educación y al desarrollo integral de los menores de edad y deben ser considerados en todos los casos como entornos protectores”.