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Archivo RCN Radio

La Defensoría del Pueblo urgió a la Sala de Reconocimiento de Verdad, de Responsabilidad y de Determinación de los Hechos y Conductas de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), a que abra un macrocaso sobre violencia sexual en el marco del conflicto armado interno. 

Investigar los vejámenes que se cometieron por más de seis décadas contra niños, niñas, adolescentes, mujeres y hombres y contra integrantes de la población LGBTI es una de las necesidades que tienen las víctimas en Colombia. 

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El defensor del Pueblo, Carlos Camargo Assis, dijo que es muy importante que la JEP hubiese anunciado la apertura de dos 'casos sombrilla' entre los que se investigarán masacres, desplazamiento, desaparición forzada y violencia sexual, sin embargo, resaltó que es necesario que se abra un 'macrocaso' en el que únicamente se enfoque en los ataques sexuales que perpetraron diferentes actores armados. 

Destacó que las víctimas de estos execrables hechos han buscado en múltiples oportunidades ser tenidas en cuenta y que así lo han planteado a través de las solicitudes formuladas por las organizaciones sociales.

Recientemente la Procuraduría General de la Nación también solicitó al tribunal especial de paz, que se prioricen estos casos de violencia ocurrida principalmente en las zonas rurales de la 'Colombia profunda'. 

Aunque entre las víctimas de estas agresiones sexuales se encuentran principalmente mujeres afrodescendientes, indígenas, campesinas, guerrilleras también se encuentran enfermeras, médicas e integrantes del servicio de salud que han narrado ante la Comisión de la Verdad, los martirios que vivieron en la selva a manos de guerrilleros de las Farc y de la paramilitares -para la época en las que ocurrieron estos hechos-; también se encuentran personas con orientación sexual e identidad de género diversa a quienes las martirizaron por su condición. 

Los relatos advierten que entre las víctimas se encuentran hombres de todos los sectores armados y también de la población civil. 

La violencia sexual se convirtió en un arma de guerra que impactó a la sociedad colombiana y en la que, los agresores hacían parte de  los grupos armados. 

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“Desatender este clamor puede conducir a que se perpetúe la impunidad respecto de las violencias basadas en género ocurridas en el contexto de las confrontaciones armadas, a que persistan los obstáculos para su investigación ya advertidas en el marco de los macrocasos abiertos y a no tener oportunidad de abordar la judicialización de conductas como, por ejemplo, las distintas agresiones sexuales intrafilas sufridas por mujeres adultas combatientes”, aseguró Camargo Assis. 

Fuente

Sistema Integrado de Información

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