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La sensación es agridulce: las producciones audiovisuales están en su máximo nivel, pero la asistencia a las salas de cine sigue siendo precaria. Aquellos tiempos de estrenos electrizantes, de decenas de fanáticos haciendo largas filas para ingresar o para comprar la boleta quedaron atrás. Los estrenos se lanzan ahora en Netflix, en Amazon, HBO o Disney. Luego pasan a la pantalla grande.

Esa es la nueva realidad o, para usar un término que se puso de moda durante la pandemia, la "nueva normalidad". Me aventuro a creer que precisamente una de las consecuencias de la pandemia fue que al obligarnos a quedarnos en casa nos instaló frente a la pantalla del televisor, esta vez para siempre. Las series, los documentales, hacen parte de las nuevas adicciones de este mundo.

Me pregunto qué harán los dueños de las salas de cine para reactivar esa afición tan hermosa que significaba hacer planes con días de antelación para ir el fin de semana al estreno de una película ampliamente publicitada. Y si, de  paso, aprovecharán para bajar los precios del mecato que suele acompañar el goce adorable del cine. Tienen que reinventarse, innovar, impactar con promociones o funciones más espectaculares.

Dejando ese asunto aparte, un poco nostálgico, reconozcamos que este 2022 fue para mucha gente la oportunidad de vincularse a las series como una práctica cotidiana. Lo digo como una percepción, sin datos a la mano, solo con los que me otorgan el diálogo con la gente, la conversación con los oyentes, así como amigos y allegados.

En el caso de Bogotá, la inseguridad desbordada, en límites insospechados que la alcaldía y la policía se empeñan en negar, nos ha llevado a vivir sitiados, encerrados, confinados en nuestras casas, por cuanto salir es una práctica de alto riesgo, es una osadía, una actitud temeraria. Si no te roban en la esquina, te roban en el propio centro comercial, como ha ocurrido varias veces. Siquiera no hay todavía reportes de robos dentro de las salas de cine. Ojalá no ocurra.

Con este amplio contexto, paso ahora a compartir los nombres de las series que más me impactaron, así como algunos documentales. Comienzo por The Crown, que en su quinta temporada alcanzó el punto máximo con la recreación de la historia del divorcio del príncipe Carlos y Diana de Gales, con actuaciones formidables como la del gran Dominic West, el mismo que encarnó al famosísimo investigador principal de The wire (para mí la mejor serie que he visto en mi vida).

De paso, abro paréntesis para comentar que no había visto The wire. Y este año lo aproveché para ver las cinco temporadas, y quedé atónito: es una obra de arte. La serie aborda varios puntos de vista sobre la delincuencia en Baltimore, las mafias de los astilleros, el narcotráfico, la política, la educación y el periodismo. Maravillosa.

Después aparece "The staircase", en HBO, que recrea el caso famosísimo de un escritor llamado Michael Peterson y el enredo tremendo en que queda envuelto por la muerte de su mujer, en un caso típico de combinación de asesinato con nubes que le dan otra apariencia. También "La casa del dragón", excelente producción para quienes aman las tramas por el estilo de "Game of thrones".

También vale la pena rescatar "Los entresijos de la FIFA", sobre la corrupción en el máximo organismo rector del fútbol, con detalles que incluyen cómo se fraguó la escogencia de Qatar como sede del mundial 2022. En el mismo estilo se encuentra la serie colombiana "Goles en contra", sobre el asesinato de Andrés Escobar, el célebre defensa de la selección Colombia.

En fin. Son muchas series. Recomiendo para mejor información el recuento maravilloso que ha hecho el portal Fotogramas, que incluye series que no vemos por estos lados, pero que vale la pena conocer y admirar para el deleite estético. Aquí les dejo el link: Las 110 mejores series de 2022: ranking de peor a mejor (fotogramas.es)

Fuente

RCN Radio

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