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Hay sitios en los que el Whatsapp mata. Y no es un recurso literario. Los rumores que se mueven a la velocidad de la luz en ese sistema de mensajería, que ahora ha mutado en red social, han terminado en atroces episodios de asesinatos en países como la India. Sí, decenas de personas han sido brutalmente masacradas por turbas de individuos que, reenviándose mensajes de Whatsapp sobre un supuesto grupo de secuestradores de niños, esperaban inquietos alguien a quién castigar.

Uno de los videos compartidos, por ejemplo, mostraba a dos personas en una moto tomando a un niño de la calle y llevándoselo. El video original, sin embargo, no fue grabado en la India, sino en Pakistán, y era parte de un mensaje institucional que terminaba con el niño sano y a salvo. Alguien, un criminal sin duda, editó el video y lo puso a circular por Whatsapp. Y la gente, es decir nosotros, que cada día nos comportamos como mansos borregos cuando de las redes sociales se trata, lo compartió masivamente. Lo que ocurrió después parece el final anunciado de una película de horror.

Whatsapp, adquirido recientemente por Facebook, tiene su mayor mercado en la India con cerca de 250 millones de usuarios. Muchos de ellos con muy poca educación para enfrentarse a un arma de masiva de desinformación como estos sistemas de mensajería. Cuenta el corresponsal del NY Times en Delhi que una mujer de 65 años, Rukmani, y su familia, fueron asesinados por una turba enceguecida por el odio que generó el falso mensaje de Whatsapp. Ella y su familia trataban de llegar a un templo en un estado del sur del país. Pasaron por un pueblo, los habitantes los confundieron con "secuestradores de niños", y fueron golpeados con varillas de hierro, tubos, palos, puños y patadas. Y en este mundo de grabarlo y registrarlo todo, el linchamiento fue registrado por múltiples cámaras y luego reenviado a los mismos contactos de Whatsapp que produjeron la muerte de personas inocentes.

En una sorprendente declaración la policía de la región dice que trató de advertir a la gente de esos pueblos sobre el contenido falso del mensaje, pero "no pudimos competir con la aplicación", según le contaron a Vindu Goel del NY Times. Y entonces los dueños de Whatsapp, aterrados por el macabro alcance de su aplicación, comenzaron a tomar medidas: señalar los mensajes que han sido reenviados y luego limitar el envió de mensajes en cadena a un máximo de 20 grupos. Consideraciones aparte, ¿quién tiene 20 grupos de Whatsapp? ¿Cómo vive? ¿Vive? En la India, ante este panorama tan terrible, el límite impuesto por la empresa es de 5 grupos. ¿Servirá esto para acabar con el problema? Seguramente no, pero un paso que puede ayudar a reducir los daños.

La solución, en embargo, está en otra parte: la sociedad está repleta de analfabetas digitales. Estamos conectados a través de unos aparatos que algunos llaman "inteligentes" pero, al tiempo, no sabemos cómo usarlos. Es necesario educar "digitalmente" a la gente, tener un curso en los colegios que nos enfrente con la realidad y los alcances de la tecnología en nuestras manos. ¿Cuántos de ustedes
reciben mensajes en cadena de Whatsapp con grandes teorías de conspiración y audios de personas anónimas que advierten sobre tragedias que vendrán? ¿Cuántos de ustedes comparten esa basura a través de sus servicios de mensajería? Recuerden: en sus manos tienen un arma de destrucción masiva.

Fuente

RCN Radio

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