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¡Guarde su celular y disfrute el momento!

Fernando Posada


Por: Fernando Posada

Ofrecer prioridad a las pantallas de los celulares en medio de momentos esperados y trascendentales deja ver una dependencia a la tecnología innecesaria, pero sobre todo absurda.

Desde la madrugada millones de personas hacían fila para ver al Papa Francisco en Colombia. Algunos incluso acampaban para conseguir los puestos más privilegiados, todo con tal de ver a Francisco a escasos metros. Otros tuvieron menos suerte y alcanzaron a verlo durante escasos segundos en medio de alguno de sus recorridos.

Pero el panorama que mostraba la televisión durante el paso del Papa Francisco dejó ver un lado que, cuando menos, resultó desconcertante. Las mismas personas que habían contado los días para ver al Papa en Colombia finalmente lo tenían ante sus ojos, en muchos casos por cuestión de pocos segundos. Pero su atención no estaba centrada en lo que ocurría durante el paso de la caravana del Papa, ni en la profundidad de los discursos que pronunciaba. En cambio, los sentidos de muchos estaban ocupados, o por qué no, desperdiciados, con lo que ocurría en las pantallas de los celulares, a través de las cuales observaban al Papa.

Los psicólogos le han llamado ‘phubbing’ a la preocupante adicción al celular, capaz de sustraer a las personas de los instantes que más han esperado. Y puede intuirse que uno de sus síntomas más inquietantes es la idea de que un momento no permanecerá en la memoria si no es grabado por un celular. Cada vez surge con mayor naturalidad el impulso de grabar o tomar una foto en medio de cualquier momento memorable.

El problema es cuando una persona prefiere dedicar su atención a grabar con su celular un momento tan esperado, como los tres segundos frente al paso de la caravana del Papa, antes que observarlo con todos los sentidos. Muchas veces esa grabación termina desconectándonos de un instante que bien podría quedar en la memoria para siempre. Y de paso revela que hay nuevas prioridades y formas de vivir los espectáculos.

Pero está lejos de ser la primera vez que esto ocurre. En la inmensa mayoría de recitales, son miles las personas que deciden verlos a través de la pantalla de su celular. Todos alguna vez hemos tenido un incómodo vecino durante un concierto que se pierde de muchos detalles por cuenta de grabarlo todo con un selfie stick, afectando de paso la visibilidad de todos los que lo rodean.

¿Cuándo caerá en cuenta ese vecino que la calidad del audio y del video grabado desde un celular solo captará el sonido del concierto en un segundo plano, opacado por el griterío? ¿No es mejor disfrutar plenamente de un recital que grabar un video, que por su mala calidad solo volveremos a ver unas pocas veces?

Cada vez son más los artistas decididos por prohibir los celulares durante sus conciertos, no solo por su capacidad de sustraer al público del momento, sino también por la incomodidad que las miles de luces son capaces de hacer sentir a quienes están sobre las tarimas.

Tomar unas cuantas fotos o videos de un espectáculo siempre estará bien. El problema es cuando las prioridades pasan al lado de la superficialidad y terminan alejándonos de los momentos más valiosos. Por eso propongo, ¡guarde el celular y disfrute del espectáculo!