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En estos tiempos en que todo se redujo a un meme, un símbolo, una carita feliz, parece excepcional hablar de la palabra y extemporáneo que se dedique un día para recordar su pertinencia, existencia y su origen del latín parábola.

El diccionario de la RAE registra 88 mil palabras, de las cuales los seres humanos usamos alrededor de 1.000 a 5.000 palabras y es posible que mucho menos, si tenemos en cuenta que ya no se saluda, no se dice gracias y hemos olvidado decir lo mucho que amamos y extrañamos.

Es posible que esa sana costumbre de usarlas se vaya perdiendo en la medida en que todo lo reducimos a símbolos, que lo dicen todo, pero no dicen nada.

La palabra propicia, el acercamiento, el diálogo, las relaciones humanas y la naturaleza del hombre está marcada por esa incesante necesidad de hablar, de ser escuchado y de escuchar para relacionarse, porque como dijo el filósofo y escritor francés Michel de Montaigne “mitad de la palabra es de quien la pronuncia y mitad de quien la escucha”.

Claro que esta frase es de la época del Renacimiento, cuando era posible conversar, cuando estaba muy lejos el tiempo de las pantallas, los celulares y las redes sociales.

La Fundación César Egido Serrano, que inauguró el Museo de la Palabra en Toledo (España), escogió algunas palabras que considera muy significativas como “diferencia, cultura, literatura, vida, alegría, mujer, arte, igualdad, amor, poesía, infancia, serendipia, empatía, resiliencia, humor y naturaleza”.

Literland, que en Twitter se presenta como una comunidad de amantes de la literatura y la lectura, escogió diez palabras que consideran hermosas y valiosas.

Dice de melifluo que es “un sonido excesivamente dulce, suave o delicado” y que inefable es “algo tan creíble que no puede ser expresado en palabras”.

Y este listado repite la palabra serendipia, que tiene un significado tan bello como la palabra misma y quiere decir “un hallazgo afortunado e inesperado que se produce cuando se está buscando una cosa distinta”.

Y las cosas del amor, otra palabra pronunciada con distintos tonos de tantas maneras y con significados distintos, es protagonista de limerencia y que quiere decir “estado mental involuntario, propio de la atracción romántica por parte de una persona hacia otra”.

Etéreo, algo “extremadamente delicado y ligero”; arrebol cuando “las nubes adquieren un color rojo al ser iluminadas por los rayos del sol” o iridiscencia que se refiere “al fenómeno óptico dónde el tono de la luz varía creando pequeños arcoíris”.

Estas son algunas de las palabras consideradas más bonitas, pero es posible que menos usadas porque es más fácil echar mano de las feas, de las hirientes, de las que entrañan grosería.

Inmarcesible, elocuencia, efímero, son otras palabras que causan un efecto talismán, entendido ello como el poder mágico que tienen.

Fuente

RCN Radio

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