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Inseguridad
Inseguridad en Colombia.
Foto: Colprensa

La decisión de la Fiscalía y la Policía Nacional de unir sus sistemas de información sobre criminalidad desde mediados del año 2017 ha conducido a que las estadísticas de criminalidad en Colombia hayan perdido poder de medición de la situación de seguridad, en
términos de comparación a través del tiempo.

Así, hoy no podemos saber con certeza si la inseguridad -principalmente los crímenes contra la propiedad- ha aumentado o caído en ciudad o departamento alguno de Colombia.Estamos a ciegas en términos de política de seguridad. Esto debe cambiar.

La decisión antes mencionada fue tomada por parte de la Fiscalía General y la Dirección de la Policía, de manera casi simultánea a la entrada en operación del sistema de denuncia ‘A denunciar’. Este sistema facilita el acceso a los servicios de policía y a la justicia criminal por parte de los ciudadanos, provee información en tiempo real a las autoridades y reduce sustancialmente el enorme costo de denuncia que existía en el país.

Pero, precisamente como consecuencia del menor costo de denuncia por la operación de ‘A Denunciar, el número de denuncias de crímenes y conductas delictivas o contravenciones menores aumentó sustancialmente, como era previsible. Esta es la primera razón por la cual se puede estar percibiendo una mayor inseguridad, cuando lo que sucede es que hay más denuncias.

En cuanto a los sistemas de información, la decisión de unificarlos consistió en unir los casos que registraba de manera separada cada entidad: la Fiscalía registraba casos que suponen crímenes en su sistema de información de casos del Sistema Penal Oral Acusatorio (SPOA); y la Policía los casos de todo tipo (contravenciones al código de policía, conductas contrarias a la convivencia e incluso crímenes) en su Sistema de Información Delincuencial y Contravencional -SIEDCO.

Las entidades no han hecho público el método usado para integrar la información de ambos sistemas y hacer comparables los casos. No se sabe, por ejemplo, si se han eliminado casos que son registrados por ambos sistemas para evitar contarlos dos veces, ni cómo se tratan los casos que deben salir del registro por decisiones de la Fiscalía que determina que un crimen no lo era tal.

La inconveniencia metodológica de la decisión es evidente y, aunque hay más razones, más serios son los resultados que produjo la unificación.

Nótese en la gráfica abajo, tomada de una presentación que se encuentra en Internet, de la Secretaría de Seguridad del distrito capital, el efecto que tiene la implementación de estos cambios en los delitos registrados en Bogotá. Un aumento como el que se muestra en la gráfica, que casi dobla en cuestión de dos años el total de delitos es improbable que ocurra en realidad. La comparación para el único año para el que se tiene un dato común del sistema híbrido con el original, muestra que lejos de subir, la inseguridad bajó en 2016.

Por: Jorge A. Restrepo. 

Número total de delitos.
Número total de delitos.

Ahora bien: no es que este resultado de Bogotá se repita en las demás ciudades: como prueba de la inconsistencia de los datos, se encuentran variaciones significativas dependiendo del delito y la ciudad. El ejemplo con el total de hurtos es indicativo de los
problemas de medición que generó esta decisión:

Número de hurtos a personas.
Número de hurtos a personas.

Las implicaciones negativas de la manera en la que se tomó la decisión son enormes. La carencia de información comparable impide conocer la situación de inseguridad y dificulta enormemente la operación de la Fuerza Pública y del sistema de administración de justicia.

La planeación de las intervenciones tampoco cuenta con información que permita redirigir recursos o conocer la efectividad de las actuaciones. El sector privado tampoco tiene información para evaluar los riesgos de seguridad y poner en marcha las estrategias de protección.

Además, y esto no es menor, está el impacto sobre la percepción de seguridad. Es fácil ver cómo este problema llevará a debates desinformados de conveniencia política, que traerán una pérdida de confianza en las estadísticas y en las autoridades y una mayor percepción de inseguridad en Colombia, para no hablar de los efectos nocivos de la divulgación de esta información equívoca en medio de la coyuntura electoral y del posconflicto en curso.

Hay una solución que está, sin embargo, al alcance de la mano. La Policía y la Fiscalía deben comenzar a divulgar tanto la información con la nueva metodología como con la anterior, en paralelo, incluso de manera retroactiva. Pueden también mostrar la información separada por mecanismo de denuncias, para ver qué tanto el registro de crímenes se debe a la facilidad para denunciar.

Por demás, es importante que ambas instituciones de manera pública y transparente den a conocer los detalles metodológicos de unificación de los sistemas para someterlos a la crítica pública. Hasta entonces, estamos sin cifras se seguridad. 

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