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Hace más de cien años, a comienzos de 1920, iniciaba una de las campañas de difamación más atroces de nuestra historia, un cartapacio de noticias falsas --sí, las mismas fake news de hoy-- con las cuales se buscaba sembrar el odio de la población civil alemana contra los negros.

Se trataba de la famosa estrategia conocida como la "Vergüenza negra" mediante la cual se daba cuenta de la humillación e ignominia que para el blanco y puro pueblo alemán significaba la presencia de tropas francesas en la zona tomada de Renania, una de las consecuencias del Pacto de Versalles al término de la Primera Guerra Mundial.

Para los franceses, había sido muy provechosa la incorporación a sus tropas de soldados negros procedentes de sus colonias africanas, especialmente de Senegal, que resultaron muy aguerridos y valientes al momento del combate.

Cuando la guerra terminó y Francia copó una zona alemana aledaña al Rin como parte del castigo acordado en el Pacto, consideró que lo mejor era acantonar sus soldados negros allí, con facultades de control y administración sobre los ciudadanos de la zona, lo que en la práctica los habilitaba para ejercer cierta autoridad.

Esta situación aterró a los pobladores, que hasta ese momento no habían visto a nadie de otro color, lo que llevó al gobierno de Weimar, surgido de la guerra tras la caída de la monarquía, a responder con una campaña publicitaria e ideológica para mostrar su desagrado por esa insólita situación.

Decenas de libros, publicaciones periódicas, folletos, afiches, volantes, pasquines con dibujos y fotografías de gorilas agrediendo a cándidos lugareños fueron impresos en toda Alemania, acompañados de noticias inventadas sobre supuestas agresiones de los soldados franceses a mujeres inocentes, violadas y mancilladas por los "monstruos". Además, se les acusaba de haber traído costumbres y enfermedades totalmente extrañas y alejadas a las propias de un pueblo civilizado.

La campaña duró varios años y avivó la llama racista que ya empezaba a surgir con más claridad a partir de las demenciales creencias raciales que el nazismo habría de inocular en la opinión pública para ambientar el exterminio eugenésico que se desataría después.

Pero hubo más: poco después de que se desatara la campaña de la "Vergüenza negra", una consecuencia surgió de inmediato. Las mujeres blancas de Renania que trabaron amistad o relaciones con soldados negros franceses fueron objeto de otra estrategia de sanción "moral", una especie de cultura de cancelación de esa época a la que se llamó "Vergüenza blanca".

Esas mujeres blancas y sus hijos mestizos fueron perseguidos, confinados, acorralados y posteriormente asesinados por el fascismo. Otra expresión de la hecatombe enorme que desembocó en la Segunda Guerra Mundial.

Por estos días, un magnífico libro del escritor cubano residente en Estados Unidos Armando Lucas Correa, autor de varias novelas extraordinarias sobre el nazismo y sus ramificaciones en América Latina, retoma en parte la infamia de las personas negras exterminadas durante el régimen de Adolfo Hitler.

En su novela "La viajera nocturna", Correa cuenta lo que significaba ser negro y al mismo tiempo alemán, y todo lo que tenían que hacer para sobrevivir en medio de un ambiente hostil, adverso, que los perseguía y segregaba, lo que cubría también a los mestizos, a los hijos de estos matrimonios interraciales.

Con la calidad literaria que caracteriza a Armando Lucas Correa, esta maravillosa novela aborda una vez más el tema del nazismo pero desde una óptica diferente, uniéndolo y concertándolo con la paradoja que significó para los alemanes el tránsito de un totalitarismo a otro, del fascismo al comunismo. 

Vale la pena leerla.

Fuente

RCN Radio

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