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Dicen que uno debe desconfiar, de entrada, de alguien que se refiere a sí mismo en tercera persona, que allí hay una primera pista de narcisismo y egolatría que, mal cuidados, pueden convertirse en problema.

"Pedro siempre tiene una respuesta a tiempo", dice, por ejemplo, el propio Pedro a sus amigos, cuando le consultan sobre algo que hay que decir, hacer o ejecutar. Hablar de uno mismo en tercera persona es como mirarse desde afuera, admirarse, contemplarse como algo que merece ser visto  en una categoría especial, ubicada en un pedestal.

Muchos grandes sátrapas o dictadores se han visto a sí mismos desde afuera como seres elegidos. Pero también es común entre políticos, cantantes, deportistas, famosos; es relativamente frecuente entre aquellos que se creen únicos e irrepetibles, y a lo mejor lo son.

En Colombia, un expresidente lo hace con frecuencia: normal. Cuando le preguntan por algo que ocurrió en su ya lejano gobierno, responde poniendo primero su nombre: "En el gobierno de XX nunca usamos esa figura", etc. Lo que pasa es que cuando se juntan unas cosas con otras el asunto se torna dramático y a veces trágico.

Es decir, si al narcisismo se le junta la obsesión, la crueldad, el odio hacia los demás, llevados a sus límites, lo más probable es que estemos ante un psicópata que puede ser capaz de llegar hasta las últimas consecuencias con tal de obtener satisfacción o de llevar a cabo sus propósitos a veces retorcidos. La psicopatía es una anomalía psíquica que puede darse en mayor o menor grado. A veces, incluso, puede pasar desapercibida.

Un documental de reciente aparición en Netflix nos muestra los peligros de la psicopatía llevada al extremo. Dirigido por Emma Sullivan, "Insondable" es la historia de Peter Madsen, un ingeniero aeroespacial danés que se hizo célebre por su obsesión de construir aparatos que lo llevaran al espacio como parte de un proyecto privado y con recursos obtenidos de donaciones. El tipo se mostraba al mundo como un emprendedor, inventor, creador de causas sociales que quería poner el espacio al alcance de todos.

Afable a veces, distante y cruel otras, Madsen sabía ganarse la admiración de sus correligionarios a punto de carreta, de frases hechas y grandilocuentes, de proyectos y obsesiones que levantaban las ganas de seguirle y ayudarle. Jóvenes que comenzaban a despuntar en ese campo se peleaban por hacer prácticas junto a él, que era la manera de hacer parte de un gran sueño, de una gran idea que podía cambiar la historia.

Como "buen inventor", Madsen había construido también su propio submarino, con la ayuda de los demás expertos que contrataba. Pero era él quien siempre tenía la última palabra, quien daba la instrucción precisa, a pesar de que con el tiempo se vino a saber que sus conocimientos realmente eran precarios, que era un vendedor de humo que actuaba por instinto (muchos vendedores de humo lo hacen así, y logran éxitos o la apariencia de ellos) y que no aceptaba contradictores.

Como buen psicópata, Madsen tenía su propia verdad, incontrovertible. Lo que él quería hacer para ganarle a una empresa rival que se había convertido en su obsesión, era lo que todos debían hacer. Para ello, se mostraba siempre en traje de fatiga, con el overol puesto y una herramienta en la mano, para dar la sensación de "genio trabajando", del que lo sabe todo y tiene todas las respuestas. Con el paso de los días veía que sus proyectos eran difíciles de concretar, pero no lo aceptaba.

Pues bien, su fama y renombre llevaron a una periodista sueca independiente, Kim Wall, a buscar una entrevista con él. Luego de varios intentos lo logró. Un día cualquiera, Madsen la invitó a dar un paseo por su submarino. lo que ella recibió con la mayor emoción. Pero no salió de allí con vida.

El documental tiene el enorme valor de no centrarse en el morbo de ese asesinato, sino en la personalidad del criminal que lo cometió. Paso a paso, día a día, va tras los pasos de la mentira, del enorme engaño, hasta la tragedia final, con momentos realmente asombrosos, como cuando el propio "genio" describe ante las cámaras lo que es un psicópata. Prácticamente se describía a él mismo, en el mayor acto de cinismo.

Fuente

RCN Radio

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