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Las negociaciones entre el Gobierno Nacional y las Farc, en La Habana (Cuba), despertaron un boom editorial y mediático sobre el conflicto que ha vivenciado el país. Los medios de comunicación pudieron conocer de primera mano a cientos de personas que antes huían de las cámaras y los reflectores, y que para firmar la paz, accedieron a contar sus historias. Rostros humanos de la guerra. Pero, ¿qué pasó con la paz? Ríos de tinta han corrido tratando de entender porque los colombianos nos hemos enfrentado a muerte por  temas como la filiación política, la diversidad religiosa o la sexualidad, por la libertad de pensamiento y de prensa, por prejuicios o por el afán del enriquecimiento. Pero, en realidad hacen falta muchas más iniciativas para contar los esfuerzos y las realidades de paz que tienen lugar en nuestros país. A lo largo y ancho del territorio nacional, miles de personas construyen a diario la paz. Buscan soluciones pacíficas a los conflictos antes de que se conviertan en hechos de violencia; apoyan a sus comunidades a través de emprendimientos y construyen de manera cotidiana un país estable y viable, en paz.

La solidaridad, la compasión, el respeto por los demás, son valores y emociones que conoce muy bien el pueblo colombiano. Y, muy  a pesar de que otros nos señalen como un conglomerado irracional y violento, la búsqueda de la paz siempre ha estado latente desde nuestra configuración como República. Y eso es lo que nos muestra, de forma certera uno de los mejores libros del año 2019: “Paz en la República: Colombia siglo XIX” publicado por la Editorial de la Universidad Externado de Colombia, y editada por Carlos Camacho, Margarita Garrido Otoya y Daniel Gutiérrez Ardila.

Esta obra contiene siete ensayos que fueron escritos rigurosamente para examinar un periodo en específico de las etapas de nuestra vida republicana: La paz conservadora (1841 -1849); La paz de la razón liberal (1851 -1854); Pero no basta con vencer (1854-1859); Una paz plagada de guerras (1863-1867); De la paz que perdieron los radicales a la paz científica (1876-1885); Sobre la paz en el siglo XIX, con un examen particular sobre como terminaron las guerras de 1885 y 1895;  Tras la guerra de los Mil Días: hacia una paz duradera.

Estos siete capítulos fueron escritos por un equipo de connotados historiadores, entre ellos, Luis Ervin Arellano, Margarita Garrido Otoya, Carlos Camacho Arango, Daniel Gutiérrez Ardila, Luis Javier Ortiz Mesa, Malcolm Deas y Brenda Escobar Guzmán.  A su vez, estos artículos están precedidos por un posfacio de Iván Orozco Abad que hace un ejercicio de ida y venida sobre el campo político del siglo XIX y el XXI.

Sin duda, el libro “Paz en la República: Colombia siglo XIX” es un gran aporte de este grupo de científicos sociales, más que pertinente para los debates sobre la memoria que tienen lugar hoy, pues nos dan luces para seguir creyendo en la paz, para que no muera la esperanza en que nuestro país alcanzará la reconciliación, la seguridad jurídica, la estabilidad social y el desarrollo económico. A través de un gran esfuerzo académico, derriban eso que Pierre Bourdieu llamó doxa, es decir, ideas vulgares generalizadas que se han instalado en la mentalidad de la sociedad colombiana. La más peligrosa de hecho, es la que señala que siempre hemos vivido en guerra. Este libro la derrumba, y podríamos afirmar, parafraseando uno de los títulos del libro, el que más me gustó, que en el país  hemos vivido una “paz plagada de guerras”. Atentos a su lanzamiento en el mes de abril y en la FILBO este año. 

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