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En Colombia los ancianos se suicidan por maltrato, abandono y depresión

Foto referencial de AFP



Por: Juan Pablo Latorre

Si bien es cierto que la mayoría de los abuelos en el país, mueren como consecuencia de las enfermedades propias de su edad, un informe que conoció RCN Radio, revela que muchos de ellos, especialmente en los últimos años, han decidido acabar con su vida.

Para el año 2014, al menos 262 adultos mayores o ancianos, decidieron suicidarse por casos relacionados con maltrato intrafamiliar, abandono y severos cuadros de depresión.

Carlos Eduardo Valdés, director de esa entidad, advirtió que estos hechos han venido en aumento como resultados también de la intolerancia de los colombianos.

“El nivel de suicidios en Colombia se mantiene en tasas que rodean el 1.8% de la población total del país. En lo que tiene que ver con el suicidio de adultos mayores, el registro fue de 262 casos“, dijo y agregó que estos casos, en su mayoría están relacionados con soledad, abandono y depresión.

“Respecto a las causas que llevan al suicidio a los adultos mayores, una de las situaciones más frecuentes es la depresión, secundaria al abandono y al maltrato del que son objeto estas personas. Lo que hemos visto es que en los últimos años esta tendencia ha aumentado", sostuvo.

Don Odilio y la abogada

RCN La Radio recorrió varios hogares refugio para adultos mayores de Bogotá y encontró dos historias de ancianos que intentaron suicidarse por estas causas; la de un comerciante de 85 años y una abogada que fue estafada por su propia hija.

Don Rubén de 85 años, abandonado por sus hijos debido a las enfermedades propias de su edad, aseguró que alguna vez pensó en lanzarse al río Magdalena.

“Yo tenía mi casa, mi carro y mis cosas y vivía feliz. Mi esposa falleció hace como unos diez años y eso fue muy duro. Mis hijos me propusieron que me fuera a vivir a un pueblito cerca de Bogotá donde vivía mi cuñada y yo me fui; después de varios meses me dio por devolverme a Bogotá y cuando me di cuenta, mis hijos ya habían vendido mi casa y me habían dejado en la calle“, dijo.

Contó que intentó quitarse la vida: “me paré en el puente y me compré media de anis y me iba a lanzar al río. Después mi Dios me ayudó y sentí un miedo y una tembladera y ahí pensé que tenía que luchar hasta donde pudiera“.

El señor Rubén aseguró que ahora a pesar de que no tener nada, es muy feliz. “Tengo todo lo que se necesita para vivir contento y me atienden mejor que como me atendían mis hijos. Eso es lo más contradictorio, que las personas extrañas le ayuden a uno más que sus propios hijos, a pesar de que creo que fui un buen padre“.

María Teresa, una mujer de 64 años, también intentó quitarse la vida, tras argumentar el abandono y la soledad a los que estaba expuesta por su familia desde hace varios años.

“Mi hija me quitó mi patrimonio totalmente. Yo tengo mi casa y soy una abogada titulada con muchos años de trabajo. Ella mañosamente con su esposo, se apoderaron en forma fraudulenta y engañosa de mis cosas. Cambiaron la escritura de mi casa y me quitaron hasta mis pertenencias“, sostuvo.

Precisó que “uno piensa muchas cosas, cuando uno ve que la misma familia le da a uno la espalda. Yo no tuve sino una hija y me encargué de darle absolutamente todo y tal vez esos son los errores que uno comete como papá o como mamá. Es triste que uno piense en acabar con su vida; luchar toda la vida para conseguir algo y terminar en la calle, pidiendo ayudas hasta para comer“.

Frente a esta situación, el Instituto Nacional de Medicina Legal asegura que es necesario que el Gobierno adopte nuevas estrategias de atención psicológica para esa población, con el objetivo de evitar que cada día sean más los ancianos que quieran acabar con su vida.