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Jurarse amor eterno y botar la llave al río Fonce de Santander

Puente de los candados del amor / Foto RCN La Radio




Por: Indalecio Castellanos

Luego que se desmontaron los pesados candados con los que las parejas de enamorados se juraban amor eterno en el Puente de las Artes de París, en un puente de San Gil (Santander) los ocasionales transeúntes han empezado con este ritual que los habitantes locales conocen ya como "los candados del amor".

Julio Flórez decía que "todo nos llega tarde, hasta la muerte" y esa podría ser la justificación de por qué la gente apenas está empezando esta práctica en la que se amarran los candados por amor y las llaves se lanzan a las aguas del río Fonce.

El puente peatonal que comunica a un centro comercial con la población de San Gil, es el escenario en el que la gente empezó a ubicar los candados de todos los tamaños para sellar para siempre esas historias que algunos quieren que nunca terminen.

Nadie sabe en qué momento en el enrejado de este puente sobre la vía que va a Bucaramanga, la gente puso los primeros candados para "sellar un acto de amor y de amistad y tirar la llave al río para que nunca se pueda abrir", como relata una habitante del lugar.

Es posible que hasta ahora el puente más famoso de San Gil sea el cantado por Jorge Villamil y "que conduce hacia el camino del parque Gallineral".

Pero curiosamente este puente peatonal desde el que se puede "admirar el Fonce en su raudo transcurrir", se está convirtiendo en un lugar que despierta curiosidad, en la medida en que empieza a poblarse de candados de todos los tamaños.

La mayoría de la gente empieza a llamarlo como el puente de "los candados de amor" y hasta celebran el ritual, mientras otros hablan de "actos de superstición" y hasta desdeñan la actitud de quienes son capaces de poner sus letras iniciales en los duros artefactos y poner el futuro de sus relaciones en unas llaves que se pierden para siempre por las breñas de Santander.

La leyenda de los candados

Lo que empezó en San Gil como algo espontáneo para replicar una moda global, podría tener su origen en una costumbre china surgida en los montes Huang y la monumentalidad de la Gran Muralla China.

Para otros la inspiración es una imagen de la película "Tengo ganas de ti", basada en el libro del mismo nombre, y en el que los protagonistas usan uno de los postes de luz del antiquísimo Puente del Milvio en Roma para colocar un candado y luego tirar la llave a las aguas del río Tíber.

Con ocasión de esta película estrenada en el año 2006, se desarrolló una estrategia publicitaria, en la que la ciudad que más candados ubicara en varias esculturas de metal desplegadas, tendría como premio el preestreno y la presencia de los protagonistas de la cinta.

[imagewp:48264] Candado del amor / Foto RCN La Radio

Desde entonces, en el puente romano los enamorados empezaron a poner sus candados con tanto frenesí, que las farolas se cayeron por el peso.

Y luego el pacto de los enamorados condenados a no separarse nunca, empezó a trasladarse al puente sobre el Río Sena, de camino al Museo de Louvre en París.

Y en la "Ciudad del Amor" se desbordó la ceremonia en la que los enamorados dibujaban sus nombres acompañados de corazones, antes de lanzar la llave a un viaje sin retorno.

Más de un millón de candados y unas 50 toneladas hicieron que el Puente de las Artes amenazara con colapsar y obligó las autoridades de la capital francesa a retirarlos.

Nadie sabe todavía si ello pondrá en peligro las relaciones selladas con un beso y amarradas pretendidamente para siempre con estos candados.

El ranking de los candados

El puente del amor de San Gil no figura todavía en el ranking mundial en el que figuran como los que más candados han colgado el de Makartsteg en Salzburgo Austria y el viejo Milvio de Roma , que ha sobrevivido a todas las historias.

Ahí está el Puente Luzhkov sobre el río Moscú rodeado de un jardín de candados, en dónde se recrea la tradición rusa que señala que los recién casados deben darse un beso, como augurio de buena suerte.

En el registro de puentes en dónde se ha desbordado esta costumbre, figuran también el de Brooklyn en Nueva York y el Medio Penique en Dublín, Irlanda.

El viejo puente ferroviario de Colonia en Alemania sobrevivió a los ataques aéreos durante la Segunda Guerra Mundial y ahora es un escenario conmovedor para jurarse amor eterno, mientras las llaves se baten en su último viaje por el río Rhin.

Los candados que hablan de parejas y lo pequeños que se van añadiendo para dar la sensación que han llegado los hijos, se cuelgan también en por lo menos tres puentes de nombres impronunciables que se ubican en Munich.

Jurar estar juntos para toda la vida y dejar que el agua se lleve las llaves para garantizar que el conjuro no se deshaga, ha sido un ritual de las parejas que han pasado por el Monte Tai en China, el Puente del Milenio en Londres, el puente sobre el río Guadalquivir en Sevilla y el Puente de los Enamorados que atraviesa el canal del Diablo en Praga.

Así como ha ocurrido en los puentes de Venecia, las Islas Canarias y en los de Seúl en Corea, el santandereano municipio de San Gil ha empezado el ritual en el que los enamorados inventan historias de amor eterno.