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La Chiva, ese viejo camión de escalera que sigue trasegando las trochas y caminos polvorientos de las montañas, las veredas, los pueblos y paisajes colombianos, ese colorido bus de línea que ha transportado a campesinos, indígenas, afros, mestizos y turistas, abarrotado de corotos, mercados, frutas y café, fue inmortalizado por Cecilia Vargas  Muñoz, una artista huilense que con sus manos y  trozos de arcilla creó una de las obras emblemáticas del país, las chivas de barro que hoy son tal vez, la artesanía que identifica a Colombia en el mundo.  

Doña Cecilia cuenta que su amor por la cerámica, por darle vida a sus obras amasando barro, nació de su mamá Aura Muñoz de Vargas. “Mamá crea en Pitalito toda una escuela en torno a la cerámica policromada, ahí empezó todo. Dice mi mamá que cuando llegamos a Pitalito, nosotros  somos de Garzón, que la gente le preguntaba si la cerámica era de cera, no tenían de idea de esto, pero había señoras que hacían ollas de barro,  señores que hacían materas y  fábrica de ladrillos y  tejas,  pero nada con la cerámica artística.  Yo tengo guardadas como cien obras de mi mamá, ella era cronista de su tiempo”, recuerda con nostalgia la artista huilense. 

¿ Y cómo nace, de dónde surge la chiva ? - Yo hice la chiva, creo que partí la historia de la familia en dos, mi mamá hacia burritos con las cargas de café , zorras y canoas. “Alguien dijo que yo le había puesto ruedas al barro , entonces yo entré a la época de la edad industrial cuando los motores de tracción podían ayudar al hombre a cargar el  mercado,  entonces con la chiva  sigo con la escuela de mamá,  pero nunca repetido un tema que ella haya hecho; por eso  empecé mi propia imagen con el trabajo de mi mamá , pero yo decidí subir a esos personajes a un carro , a viajar por el mundo, eso es lo que yo hecho con la chiva”, añade con entusiasmo doña Cecilia. 

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Acota que la chiva estaba ahí, y ella  le puso el corazón. “Cuando niña  yo veía pasar la chiva,  nosotros vivíamos en el campo cerca de la carretera y eso era como una promesa,  me puse a investigar y le dicen chiva porque el pito que tenía era por la fonética, como el bramido de una chiva, beeee y por eso le dicen chiva”, subraya con risa la ceramista. 

Recuerda que la primera que hizo fue la del mercado, “ era maravilloso ver esa chiva como andaba por los caminos para llevar de la ruralidad el alimento a la plaza de mercado. Eso tiene una connotación de lo que somos acá, y está escrito en las chivas con letras y números:  la llevo pero solita, viejito pero con ganas , me siento 9 cito;  eso a mí me entró al alma y me duele ahora que hacen muchas falsificaciones, no tienen espíritu , pero todos modos ha contribuido a que la gente tenga trabajo”, puntualiza doña Cecilia Vargas Muñoz. 

Eso sí advierte que no elabora chivas por docenas, “mis chivas no están en los almacenes, no están en las tiendas”. 

Y es que el camioncito multicolor de barro, fabricado por los artesanos, es uno de souvenirs o recuerdos que más se vende en las tiendas y puestos artesanales, gracias a la inspiración de doña Cecilia. 

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Aunque ella no se cataloga como artesana, ni fabrica por montones, su obra ha pasado a la historia y actualmente sus creaciones reposan en museos y galerías de Washington, en las galerías de Banamex en México, el Vaticano y en colecciones privadas en Colombia y en el mundo; en Austria la tiene Bertran Cobra Eybesfeld, en Stuttgart, Alemania, la conserva Geral Gatman y en Zurich, Suiza, Cesare Stella. 

Cecilia dice que su chiva es una obra de arte única, no es para producir en molde, tiene su propio lenguaje de color, de gesto. “Todas mis chivas tienen cierta postura, no es meter muñecos ahí,  cada una tiene una historia y tiene un nombre, por ejemplo,  El Expreso Colombia  cuando fue la selección  al Mundial de Francia, pero también hago una obra  criticando los reinados de belleza, La reina de la impotencia humana, los hechos del Palacio de Justicia,  la chiva de la PazCien años de soledad. No son muñequitos para un souvenir”, recalca la ceramista huilense. 

La Chiva de doña Cecilia Vargas Muñoz está a punto de cumplir 50 años y para celebrarlo  está elaborando una obra que podría ser la mejor de todas las que ha hecho, La Chiva de la Vorágine, basada en la novena de su paisano José Eustasio Rivera, que el año entrante cumplirá cien años de haber sido publicada. 

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Estuvimos en su casa en Pitalito donde tiene su taller, nos contó cómo nació su Chiva y nos adelantó lo que será una de sus grandes creaciones.   

Los invitamos a escuchar a continuación, en el  Podcast Croniqueando con Jairo Tarazona  el episodio: La Chiva de Cecilia, el bus escalera de barro símbolo cultural de Colombia, cumple 50 años …   

 

Fuente

RCN Radio

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